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La brecha entre las pensiones medias que reciben los hombres y las mujeres es en España todavía más elevada que en la media de la OCDE, del 29,2 % frente al 22,8 %, pero se ha reducido un poco más rápidamente en los últimos años. En su informe bienal de pensiones publicado este jueves, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) explica que en 2015 esa brecha era del 33,7 % en España y del 26,8 % en el conjunto de la OCDE.
Con los datos más recientes de 2024, esa brecha es inferior al 10 % en Estonia, Islandia, Eslovaquia, Eslovenia y la República Checa, mientras que en el extremo opuesto supera el 35 % en Austria, México, Países Bajos y Reino Unido, e incluso alcanza el 47 % en Japón. Los autores del informe subrayan que el principal motivo de esa brecha de género en las pensiones son las diferencias en la vida laboral entre hombres y mujeres.
Es decir, que responde al hecho de que las mujeres que han llegado a la edad de jubilación han cotizado menos años de media que los hombres y que además cuando lo hacían por lo general trabajaban menos horas y su remuneración por hora era inferior. Las pensiones actuales, en realidad, reflejan las consecuencias de las vidas laborales que se han desarrollado en las últimas décadas.
Por eso, la OCDE insiste en que las medidas más eficientes para modificar esas desigualdades es abordar las diferencias en materia de empleo, de horas trabajadas y de remuneración. Pero también el reparto de la carga del trabajo familiar y doméstico, así como las disparidades persistentes en la formación educativa y profesional, que va a tener consecuencias durante muchos años.
Los autores del estudio hacen notar que en el caso de España las pensiones de viudedad son un factor que reduce muy significativamente la brecha de género, más que en la mayor parte de los países miembros.
Sin ellas, la brecha de remuneración alcanzaría el 48,5 %, es decir más de 20 puntos porcentuales más. A eso contribuye el hecho de que España es uno de los 12 países de la OCDE en que no se impone una edad mínima para poder recibir esta prestación. En el conjunto de la organización, las pensiones de viudedad disminuyen esa diferencia en 14 puntos porcentuales.
Eso es importante porque contribuye a reducir el riesgo de pobreza de las mujeres mayores. De hecho, en España un 15 % de las mujeres pensionistas se consideran pobres porque sus ingresos no llegan al 50 % de la media de los ingresos del país, frente al 16,9 % de media en la OCDE. En el caso de los hombres, un 10,7 % de los hombres pensionistas en España se consideran pobres, comparados con un 11,7 % en la OCDE.
Otro de los elementos particulares del sistema español para las mujeres es que es uno de los pocos que prima con Francia en términos de remuneración a las mujeres que han interrumpido su carrera para ser madres.
Las que suspendieron su carrera durante cinco años y tuvieron dos hijos obtienen de media una prima del 2,1 % (3,3 % en Francia), cuando la media de la OCDE es un efecto negativo del 3,6 %.