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Tarragona pone en marcha uno de los contratos de limpieza y recogida de residuos más ambiciosos de su historia. De la mano de Urbaser, la ciudad inicia una transformación profunda de los servicios urbanos con un objetivo claro: lograr una ciudad más limpia, más eficiente y más sostenible.
El nuevo contrato, valorado en 20,2 millones de euros anuales e impulsado con más de 26,6 millones de inversión en nueva maquinaria, instalaciones y tecnología, se desplegará progresivamente hasta 2026 bajo el paraguas del Pla TGN’26.
Su puesta en marcha coincide con la celebración de la Semana Europea de la Prevención de Residuos, un marco idóneo para recordar que la gestión responsable no empieza en los contenedores, sino en la manera en que producimos, reutilizamos y reciclamos. Y es que uno de los desafíos más urgentes, el de la gestión de los residuos, es también uno de los ámbitos donde Urbaser está marcando diferencia en materia de economía circular.
Urbaser se ha convertido en un referente en este ámbito, con plantas que alcanzan tasas superiores al 98% de valorización gracias a procesos avanzados de clasificación, IA y tecnologías de minería urbana que permiten recuperar metales críticos como oro, paladio o tántalo.
Una modernización integral de la recogida
El nuevo contrato de limpieza permitirá superar décadas de carencias en un servicio que ya no respondía a la realidad de la ciudad. Una de las medidas más visibles será el cierre de las 106 islas de contenedores soterrados, que serán sustituidas por unidades de superficie más accesibles, limpias y fáciles de mantener. El proceso ya ha arrancado y culminará en junio de 2026.
A esto se le suma la instalación de nueve nuevas islas emergentes en la Part Alta, que permitirán reciclar todas las fracciones sin salir del barrio y eliminar puntos críticos donde se acumulaban residuos.
El refuerzo en el servicio de recogida incluye más equipos de repaso diario, especialmente en temporada alta; más contenedores de aceite y textil –148 de cada fracción–; la renovación de 966 unidades y la restauración de casi 1.900; así como la adquisición de casi 3.000 contenedores destinados a la recogida comercial.
El servicio se amplía a todos los ejes de barrio y al polígono de Les Gavarres, que contará con un sistema puerta a puerta que elimina contenedores de superficie, mejora la imagen del entorno e incrementa el control sobre la separación en origen.
Entre las novedades destaca también la incorporación de 230 sensores volumétricos que optimizarán las rutas de recogida, la implantación de un nuevo servicio de recogida de poda puerta a puerta y la mejora del servicio de voluminosos, ahora más rápido, trazable y con componente social: los muebles en buen estado se derivarán a circuitos de reutilización en colaboración con un centro de inserción.
Más limpieza, más control y más presencia en los barrios
En materia de limpieza vial, Tarragona ganará en cobertura territorial y en profundidad del servicio. Se incorporan barrios hasta ahora no incluidos en el contrato –Joan XXIII o Tamarit–, así como zonas privadas de uso público como interbloques de Campclar, Sant Salvador o Sant Pere i Sant Pau.
El servicio dispondrá de más de 120 nuevos vehículos de limpieza vial, recogida y playas. Equipos más versátiles y brigadas específicas para actuaciones de detalle: eliminación de pintadas, limpieza de excrementos, retirada de chicles, desbroces eléctricos o hidro-limpiezas alrededor y bajo los contenedores.
La planificación se adaptará a las necesidades reales de la ciudad: más limpieza en verano y temporadas de mayor afluencia, barridos manuales en domingos y festivos y servicios reforzados en las zonas de ocio nocturno, donde se actuará antes de las 10 de la mañana.
El control del servicio vivirá también una revolución. Todos los operarios contarán con smartphones para registrar tareas e incidencias en tiempo real, que serán gestionadas desde un centro coordinador. El Ayuntamiento dispondrá de inspección propia y la ciudadanía podrá consultar la planificación y ejecución de los servicios en una plataforma abierta. Además, Tarragona será una de las ciudades pioneras en utilizar Cortexia, un sistema de inteligencia artificial que genera mapas de limpieza y permite medir la calidad del servicio con objetividad.
Compromiso sostenible: menos emisiones, menos agua potable, más eficiencia
Casi la mitad de la nueva flota de Urbaser será eléctrica y de cero emisiones, reduciendo la contaminación atmosférica y el ruido. Las instalaciones contarán con energía solar y el servicio utilizará agua no potable –freática y reutilizada– para la limpieza de calles, un paso clave en la sostenibilidad hídrica local.
Un horizonte claro: 2026
De aquí a junio de 2026, Tarragona vivirá una transformación visible en sus calles y en la manera en que gestiona sus residuos. El Pla TGN’26 marca un rumbo basado en transparencia, eficiencia y sostenibilidad, con el compromiso de situar a la ciudad a la altura de los estándares europeos de economía circular.
Urbaser y el Ayuntamiento arrancan así una nueva etapa donde la tecnología, la cercanía al territorio y la mejora continua serán las herramientas para lograr una Tarragona más limpia, más moderna y más responsable con su entorno.
Urbaser modernizará la recogida de residuos en Tarragona.
