Categoría
Tarragona
Antetítulo
Ciencia
Título
¿Galletas con insectos? Así se cocina el futuro de la alimentación sostenible en Tarragona
Subtítulo
La URV reúne a investigadores de España, Europa, Estados Unidos y África con empresarios para avanzar en el potencial de los insectos en la alimentación
Autores
Norián Muñoz
Redactora de sociedad y educación en Tarragona

Imagen Principal
Imagen de la planta Dappiblus en Abrera, una de las participantes en el congreso.
Imagen de la planta Dappiblus en Abrera, una de las participantes en el congreso.
Artículo

¿Se comería una galleta sabiendo que entre sus ingredientes hay un 10% de insectos? Ayer, los asistentes al primer workshop internacional dedicado exclusivamente a los insectos como ingrediente de alimentación humana y animal, organizado por la URV, tuvieron la oportunidad de ponerse a prueba.

Y es que, en medio del cátering típico de cualquier evento, entre cafés y croissants, las galletas —que advertían con un cartelito su composición— llamaban la atención. Visto que quedaban algunas, llevamos unas cuantas a la redacción del Diari para comprobar la reacción de los periodistas. Hubo para todos los gustos: quien se las comió de un bocado y exclamó «si hubieras dicho que las has comprado en un mercadillo navideño nadie lo habría notado»; quien dijo que notó cierto «regustillo picante» al final; y, cómo no, quien ni siquiera se atrevió a probar.

Anécdotas aparte, el pequeño experimento sirvió para recordar el camino que queda por recorrer para incorporar los insectos a nuestra dieta. De eso, precisamente, trataba el congreso de ayer. Montserrat Ferrando, profesora del Departament d’Enginyeria Química y miembro del comité organizador, explicaba que la idea era poner en contacto a investigadores y empresas que trabajan en este campo para «acelerar» la llegada de estos productos a los consumidores. En total, reunieron a una cincuentena de expertos de España, Estados Unidos, Europa y África.

También fuente de lípidos

Durante la jornada, los asistentes se pusieron al día sobre aspectos como la forma de criar los insectos para garantizar su seguridad y buen rendimiento, así como sus propiedades alimenticias. Hasta ahora se ha hablado de los insectos como una fuente de proteínas mucho más sostenible que el ganado vacuno, pero ahora también se investigan como fuente de lípidos y otros micronutrientes, siempre priorizando la seguridad y los posibles efectos negativos, como las alergias.

Silvia de Lamo, profesora de la URV que desde hace más de dos años realiza investigación en la Ohio State University de Estados Unidos, explicaba que actualmente trabaja en el desarrollo de tecnologías emergentes para extraer proteínas, un paso más allá de las harinas que se elaboran actualmente.

Uno de los principales retos a nivel empresarial, reconocía Montserrat Ferrando, es conseguir la automatización de los procesos para poder producir a gran escala. En España, de hecho, la mayoría todavía son pequeños productores.

Uno de esos productores es el ingeniero industrial Carlos Conde, cofundador de Dappibus, una empresa biotecnológica de Abrera (Baix Llobregat). Fundada en 2021, se dedica a criar y procesar larvas de mosca soldado negra utilizando subproductos agroalimentarios, con el fin de producir harina proteica, grasa y fertilizante orgánico. Se centran exclusivamente en esta especie. «Cada insecto es un mundo», señala.

El proceso consiste en alimentar las larvas durante seis días en condiciones controladas, separar luego las heces para convertirlas en fertilizante y deshidratar y prensar las larvas para extraer grasa y obtener harina. Sus productos se destinan principalmente a fábricas de pienso para aves, cerdos y peces, además de empezar a introducirse en la alimentación de mascotas. Con una planta automatizada de 3.000 m² y una producción anual de entre 800 y 1.000 toneladas de harina, se plantean construir una planta de mayor capacidad.

Cuestión de cultura

A la pregunta de cómo llegarían a nuestro plato, Ferrando reconoce que lo más probable es que sea, como en el caso de las galletas, enmascarado junto a otros ingredientes. Actualmente, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aprueba cuatro tipos de insectos para el consumo humano en la Unión Europea. Son el gusano de la harina (Tenebrio molitor), la langosta migratoria (Locusta migratoria), el grillo doméstico (Acheta domesticus) y las larvas del escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus)

Pero el reto más importante, resumía Silvia de Lamo, consiste en vencer las reticencias de los consumidores. Cree que si se educa a los niños en el valor nutricional de los insectos, se puede lograr un cambio de mentalidad.

A la hora del café en el congreso se podían degustar estas galletas.
A la hora del café en el congreso se podían degustar estas galletas.