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Redactora de Cultura
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Llegó el momento decisivo de Stranger Things. Los más impacientes habrán esperado puntuales a que se hicieran las 2.00 en punto de la madrugada pasada para ver los primeros cuatro capítulos de la quinta y última temporada. Otros habrán confiado en la alarma. Es el principio del desenlace esperado por miles de seguidores desde hace más de tres años. Sin embargo, ahí no se acaba todo porque Netflix alargará la tensión hasta fin de año: la primera entrega –la de esta semana– consta de cuatro episodios. La segunda llegará la noche de Navidad y el episodio final se estrenará en Nochevieja.
Para mantener en vilo a los fans, la plataforma lanzó tres avances, en los que la pandilla protagonista se conjuraba contra monstruos interdimensionales. Unidos contra el mal.
Casi una década de aventuras
La ya emblemática serie, que inició su andadura en 2016, combina ciencia ficción y misterio, aventuras juveniles, terror sobrenatural y conspiraciones gubernamentales.
La columna vertebral de Stranger Things es su capacidad para reproducir con precisión quirúrgica el imaginario de los años 80, desde la música sintetizada hasta las bicicletas, las radios antiguas y el papel tapiz de las casas de los suburbios estadounidenses. Pero la serie nunca se limitó a ser un ejercicio estilístico. Desde sus inicios, los hermanos Matt y Ross Duffer buscaron fusionar la nostalgia con una narrativa moderna, accesible a nuevas generaciones.
Inspiraciones evidentes como E.T., Poltergeist, The Goonies o las novelas de Stephen King conviven con temas contemporáneos: el trauma, la pérdida, la identidad, el abuso institucional y las tensiones familiares. Esta combinación permitió capturar audiencias de múltiples edades, desde quienes vivieron los 80 hasta quienes los conocen únicamente como una estética cultural.
Situada en la ficticia localidad de Hawkins, Indiana, Stranger Things llega a su desenlace con el reparto original encabezado por Winona Ryder (Joyce Byers), David Harbour (Jim Hopper) y Millie Bobby Brown (Once/Eleven). La trama retrocede nuevamente a los años 80, cuando la desaparición de un niño y la irrupción de una joven con poderes telequinéticos dieron comienzo a una aventura sobrenatural que atrapó a millones de espectadores.
La historia se sitúa ahora en el otoño de 1987, con Hawkins marcado por la aparición de nuevas ‘Grietas’ interdimensionales. La ciudad permanece bajo cuarentena militar mientras el Gobierno intensifica la búsqueda de Once, en paradero desconocido. Paralelamente, la pandilla se reúne con una misión definitiva: localizar y destruir a Vecna, el villano que ha acechado al grupo desde el ‘Otro Lado’. Porque si por algo destaca la serie es por centrar su acción en la comunidad: amigos, familias y autoridades locales cuyos vínculos evolucionan ante la amenaza que los rodea.
El impacto de Stranger Things ha trascendido la pantalla: ha impulsado canciones antiguas a los primeros puestos de las listas –como Running Up That Hill, de Kate Bush– ha inspirado modas, colaboraciones comerciales y un sinfín de contenidos en redes sociales, consolidándose como una de las producciones que mejor ha definido el consumo cultural de la era digital.