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Comparten grupo de WhatsApp bajo el nombre de Corredors de l’Infern, aunque también genes y una pasión común; el hockey patines. Son primos hermanos por parte de madre y reusenses de toda la vida. De hecho viven hasta en el mismo barrio, a escasos metros del Palau d’Esports. «Piensa que durante la pandemia, desde el balcón, nos comunicábamos con las linternas», recuerda Carles Casas.
Él y Pol Martínez disfrutan hoy de un sueño, se acaban de consagrar en la primera plantilla del histórico Reus Deportiu con apenas 19 años. Se han convertido en apuestas de presente y futuro, dos canteranos que transmiten sentimiento de pertenencia y profesan un vínculo irrompible con la camiseta. Los dos jóvenes siempre han gozado de un privilegio; el referente lo han tenido cerca de casa. Su otro primo hermano mayor, Albert Casanovas, ejerce como leyenda del Reus. De hecho conquistó su única Copa de Europa vestido de rojinegro, la última que ha levantado el club, concretamente en Lleida 2017, en aquella final inolvidable ante el Oliveirense (4-1). Significó la octava Champions para el Reus.
«Aquel día nosotros vimos el partido desde la grada, solo teníamos 10 años», rememora Pol Martínez. Ocho años después, los papeles se han invertido.
Durante el pasado curso, Albert Casanovas cumplió función como asistente del segundo equipo rojinegro, que milita en la categoría de Plata del hockey nacional. Allí compartió aventura con sus dos familiares, que alternaban presencia con la primera plantilla y el filial. «Les exijo porque sé lo que pueden dar. De su generación están en el top10 de jugadores, no tengo ninguna duda», explica Albert.
Buenos consejos
Los consejos y la crítica del primo mayor nunca faltan. «No nos regala los oídos, nos dice las cosas claras y se lo agradecemos. A menudo le pedimos opinión, porque sabemos que nos dirá la verdad», admite Carles Casas. «Si un día Pol, por ejemplo, marca cinco goles, pero se olvida de defender en alguna jugada, le recordaré lo que puede mejorar, no sus virtudes. Decirles las cosas buenas no sirve de nada», añade Casanovas.
Albert conoce al milímetro las capacidades de sus socios, de qué pie calzan. También los defectos por pulir. «Pol tiene un talento natural elegido, es un jugador de ataque puro. Por otro lado, necesita mejorar a nivel defensivo y sé que pone el foco en ello. Carles es totalmente distinto, más equilibrado, yo siempre le digo que tiene que desencorsetarse un poco, pero cuenta con un gran potencial», define el mayor de la familia.
Casanovas intenta no perderse ninguna cita del Reus en el Palau d’Esports. Carles y Pol realizan la tarea de padrinos de su hija pequeña con todo el compromiso posible. Eso provoca que la relación resulte muy estrecha. Sus madres, muy unidas, se reúnen cada mañana en la cafetería del Cugat, en la Plaça de la Llibertat, donde pasan revista a toda la actualidad. «La familia siempre ha conservado esa unidad y eso se refleja en nuestra relación», aseguran. «A mis dos hijas mayores les encanta ir a los partidos del Reus», acentúa Albert Casanovas.
Tanto Carles como Pol acaban de firmar su primer contrato profesional con el club hasta 2027, una muestra de confianza que valoran. ·Cuando empezábamos en el filial nos mostraron ese interés por hacernos el contrato y se trata de un vínculo que agradecemos, porque demuestra compromiso».
Desde este verano se han convertido en componentes del primer plantel a pleno derecho. Forman parte de la última generación de oro de canteranos, una camada que desde niños han crecido juntos. Guillem Jansà, Roger Fargas y Nil Viña, con apariciones rutinarias con los mayores, completan ese ramillete de promesas. En categoría juvenil se coronaron como campeones de Catalunya y subcampeones de España.
Una filosofía acertada
Desde la temporada pasada, la entidad de la calle Gaudí apostó por una filosofía muy marcada; jugadores de cantera más primeras espadas. Se olvidó de fichajes de clase media para dar salida a sus canteranos con mayor proyección. Esa línea de trabajo, muy marcada por la austeridad económica, dio frutos antes de lo esperado. El Reus de Jordi Garcia conquistó la Copa del Rey, ya con sus promesas en la foto de los elegidos.
«Les quedan dos o tres años para acabar de consolidarse en la élite, pero estoy convencido de que lo harán», refleja Albert Casanovas al respecto. En eso trabaja el Reus, en un proyecto de largo recorrido que le asegure un equipo de primer nivel para la próxima década. De momento, Garcia y sus chicos ya se codean con la élite europea prácticamente sin pestañear. «Perdimos en Porto por la mínima, aunque creo que merecimos un resultado mejor», recuerda Carles Casas en referencia a la última cita de la Champions en el Dragao Caixa.
«Muchos veces, tomamos café después del entrenamiento con el resto de canteranos y decimos que no hay nadie que quiera ganar más con el Reus que nosotros. Lo llevamos dentro desde pequeños», finalizan. El plus que siempre ofrecen los chicos de la base no se valora a menudo. El Reus parece que ha aprendido a hacerlo.
Pol Martínez y Carles Casas firmaron un contrato hasta 2027.
