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Redactora de Tarragona
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Los alcaldes del territorio muestran su recelo después de que Adif ha recuperado el proyecto para la instalación de pantallas acústicas en el tramo de vía férrea entre Tarragona y Calafell. La propuesta que se ha presentado afecta a seis municipios que en total suman 14.200 metros de barrera, de entre dos y cinco metros de altura, lo que debe amortiguar el impacto del paso de los trenes del Corredor del Mediterrani, que se prepara para su entrada en funcionamiento a partir de 2027.
«Hemos visto un esquema muy básico y estamos en el punto en el que debemos aterrizar las rayas que nos mostraron pintadas con un rotulador, para que podamos comparar qué es lo que nos proponían en 2021 con lo de ahora y, a partir de ahí, que podamos ver cómo quieren colocarlas», argumenta el alcalde de Roda de Berà, Pere Virgili.
Tras el largo pulso con Adif por las pantallas que se instalaron junto al túnel de Roda, Virgili fue uno de los representantes municipales que el martes acudió a la reunión en la Subdelegación del Gobierno, en la que se explicó el proyecto. A diferencia de la otra ocasión, en aquel momento los alcaldes se enteraron de las intenciones del gestor de infraestructuras cuando el proyecto ya estaba en fase de exposición pública. Ahora, la empresa estatal ha manifestado su voluntad de «mantener abiertos en todo momento los canales de comunicación con los representantes municipales para actualizar la información, estado, avances y programación de los estudios y las medidas resultantes, así como de los proyectos planteados».
Adif mostró un primer borrador, según el cual en El Vendrell se instalarán 3.700 metros de estas barreras sonoras, entre dos y cinco metros de altura. El alcalde de este municipio, Kenneth Martínez, señalaba que la vía del tren en la trama urbana ya va a una cota más elevada que la calle o la Rambla por lo que añadir un muro de entre 2 y 5 metros va a suponer una barrera visual de gran impacto. «No está todo dicho», señaló Martínez, quien considera que debe analizarse el paso por la trama urbana para que no generar barreras.
En el mismo sentido se mostraba el alcalde de Calafell, Ramon Ferré, que también hacía referencia al impacto de estas pantallas que, en este caso, medirán entre 2,5 y 3 metros de altura y en su conjunto afectan a 1.350 metros de longitud. Como mejora, Ferré pidió que, además de a su paso por la trama urbana, la barrera se instale en la zona de los cines para reducir el impacto sonoro.
Tramos protegidos y libres
Por su parte, el alcalde de Torredembarra, Vale Pino, argumenta que es un proyecto «bastante distinto» respecto al que se planteó anteriormente, con vegetación para proteger el impacto visual de las pantallas, lo que genera «otra imagen». Asimismo, Pino valora que ahora estas no se instalarán en casi todo el trazado que discurre por el interior del municipio, sino ahora hay algunos tramos que quedan libres. «Tenemos que ver cómo queda, porque en cada uno de los tramos hay unos metros y no es uniforme en todo el recorrido, por lo que tenemos que analizar tramo por tramo la propuesta».
Tan solo en Torredembarra, las pantallas afectarán a tres kilómetros de longitud y su altura alcanzará los cinco metros. En cambio, en la ciudad de Tarragona en total son 1.850 metros, con una altura variable entre dos y cinco metros. En este caso, desde el ayuntamiento no se ha concretado la ubicación, aunque la afectación es ligeramente inferior a la del proyecto anterior, cuando Adif propuso la instalación de estas barreras en dos ámbitos. El primero, de unos 700 metros, afectaba el espacio desde el Amfiteatre hasta el Fortí de Sant Jordi, aproximadamente, mientras que la segunda zona de protección comprendía un tramo de 1,8 kilómetros desde la Arrabassada hasta el preventorio de La Savinosa y prácticamente hasta Cala Romana.
El alcalde, Rubén Viñuales, se muestra cauto: «Ahora empezaremos el proceso de trabajo de bajar al detalle, analizar la propuesta y hacer los comentarios y mejoras que consideramos». El máximo representante municipal no quiere entrar en más detalles, aunque asegura que «tenemos claro que la propuesta que tire adelante tendrá el beneplácito de la ciudad». Y, al respecto, pone en valor el «cambio de actitud» por parte de Adif, que presentó una propuesta «más integradora».
De obligado cumplimiento
La instalación de estas pantallas forma parte del proceso, por parte de Adif, para definir los Mapas Estratégicos de Ruido (MER) y sus correspondientes Planes de Acción Contra el Ruido (PAR), obligados desde las instituciones europeas para las infraestructuras que forman parte de la Red Transeuropea de Transporte.
El Corredor del Mediterrani es una de estas infraestructuras y, como tal, recibe financiación europea, lo que obliga a adoptar un conjunto de medidas para reducir este impacto.
La plataforma Mercaderies per l’interior, que ha denunciado el impacto que supondrá la entrada en funcionamiento del ancho internacional para los municipios de la costa, ha seguido de cerca este proceso. Al respecto, el portavoz del colectivo, Eugeni Sedano, asegura que «seremos proactivos en ayudar a los alcaldes a buscar soluciones menos agresivas». El colectivo ya se ha puesto en contacto con la empresa Acustrain, que ha patentado una tecnología que ya se está utilizando y que hace que estas pantallas tengan entre 1 y 1,5 metros de altura.
Adif concretó que las soluciones adoptadas consisten en la disposición de barreras fotoabsorbentes dentro del límite del propio dominio público ferroviario, utilizando diferentes tipos de materiales: hormigón, metálicas, policarbonato, etc. Asimismo, se priorizan criterios de «integración paisajística» en zonas urbanas; incremento de superficies de material transparente en la parte superior, empleo de paneles vegetalizables y diseño de bandas ajardinadas siempre que existen terrenos de titularidad pública exteriormente a las pantallas.
Todo este proceso está en una fase embrionaria. Dentro de unos 18 meses debería estar acabado el proyecto constructivo, que permitirá iniciar la licitación.