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“Per una Rambla amb veïns”. Este es uno de los mensajes que, en un cartel, han mostrado este gélido jueves algunos de las decenas de vecinos que han protestado contra la peatonalización del primer tramo de la Rambla, que justo ahora cumple un año.

El 29 de noviembre del 2024 se inició la prueba piloto, en una franja de 215 metros entre el Balcó y las calles Girona y Sant Agustí. La acción contempló una superficie de 715 metros cuadrados, con un cierre completo de vehículos entre el Passeig de les Palmeres y las calles Girona y Roger de Llúria.

Sin embargo, la iniciativa municipal no ha contado nunca con el consenso de los vecinos, que este jueves han llevado a cabo una movilización para mostrar su oposición “a la falta de diálogo del gobierno municipal”.

“Solo pedimos poder cubrir las necesidades básicas y puntuales, como el acompañamiento en coche a la gente mayor o a los menores o la carga y descarga”, indica una de las vecinas, Mercedes Acosta.

Acción artística

Pese a las dudas vecinales, el ejecutivo de la Plaça de la Font tiene clara su hoja de ruta: se apuesta por consolidar la peatonalización, con un segundo paso que será una acción artística a cargo de Edu Polo.

La actuación convertirá la calzada lateral en un paseo peatonal revestido de un pavimento color sepia novecentista, evocador de las antiguas baldosas hidráulicas que antaño decoraban los hogares burgueses y los cafés de postín. Sobre esa superficie, como si fuera un tapiz urbano, se desplegarán los retratos de 28 personajes ilustres ligados a la historia tarraconense: de la patrona Santa Tecla a Maginet Pelacanyes, y de Minerva al emperador Augusto, símbolo del esplendor de Tarraco. Será un paseo por la historia y por la memoria, un homenaje al alma de la ciudad.

Las obras comenzarán a principios del próximo año y está previsto que finalicen antes de Sant Jordi, cuando la Rambla suele florecer de gente, libros y rosas. La inversión total será de 100.000 euros.