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El 67,3% de las mujeres ha admitido haber sufrido algún tipo de violencia sexual a lo largo de su vida y el 15,5% en el último año, según la Encuesta de Violencias Sexuales en Catalunya 2024, basada en 8.621 entrevistas.
Sin embargo, solo el 6% de las afectadas ha denunciado las agresiones sufridas. Además, el estudio constata un aumento notable de la violencia digital: una de cada cuatro mujeres asegura haber sido víctima desde los 15 años.
La consejera de Interior, Núria Parlon, afirmó que estos datos evidencian el carácter "estructural y continuo" del problema y anunció que la encuesta pasará a ser bienal e incorporará nuevas perspectivas, como la percepción de los hombres o las experiencias previas a los 15 años de las mujeres.
Parlon destacó que la encuesta es “mucho más que un recuento de datos”, ya que constituye una herramienta fundamental para comprender las violencias sexuales y un instrumento de reconocimiento y reparación de las mujeres participantes. El 90% de las encuestadas valoró positivamente la experiencia.
La encuesta se realizó contactando de manera aleatoria a las 8.621 participantes, todas mayores de 16 años, y se organizaron diez reuniones grupales con unas 60 mujeres de distintas comarcas, edades y perfiles socioeconómicos para recoger distintas perspectivas y profundizar en la comprensión de la realidad.
Los resultados evidencian que la violencia sexual es “estructural”, no un hecho aislado: “El 67,3% de las mujeres encuestadas declaró haber sufrido algún hecho de violencia sexual desde los 15 años”, señaló la consejera, y añadió que el 15,5% admitió haber vivido un episodio durante 2024, año en que se realizó la encuesta. Por ello, insistió en que “la violencia sexual es persistente y condiciona la vida y la percepción de seguridad de la mayoría de las mujeres”.
Según la encuesta, el 80,4% de las mujeres que sufrieron violencia en el último año vivieron dos o más episodios, y casi un 10% señaló que los hechos fueron continuados en el tiempo. La franja de edad más vulnerable es la de 16 a 24 años, con un 45,6% que reconoce haber sufrido violencia sexual. La prevalencia disminuye progresivamente con la edad en todas las tipologías.
En cuanto a las formas de violencia sexual, las que no implican acceso corporal siguen siendo las más frecuentes: el 62% de las mujeres victimizadas desde los 15 años ha sufrido alguna de estas situaciones, mientras que el 49,9% ha vivido episodios con acceso corporal.
Crecimiento de la violencia digital
La violencia digital ha experimentado un aumento notable: una de cada cuatro mujeres, el 24,8%, ha declarado haber sufrido violencia digital desde los 15 años. Estos episodios incluyen difusión de imágenes o vídeos íntimos y comentarios ofensivos en línea. Parlon señaló que “la violencia machista es una energía negativa que no se destruye, sino que se transforma”, y en la era digital “penetra también en la realidad y en la vida de las mujeres”.
Impacto emocional
Alba Alfageme, jefa del Gabinete de Seguridad y Políticas Transversales, indicó que la difusión de imágenes íntimas tiene un alto impacto psicológico, aunque no implique contacto físico. El 87% de las encuestadas que vivieron estas situaciones reportó “ansiedad, depresión, pérdida de autoestima o problemas de sueño”. Es el segundo hecho con mayor impacto, tras la violación con violencia e intimidación. También destacó la hipersexualización en redes sociales, especialmente relevante para mujeres jóvenes.
La encuesta muestra que una parte significativa de las violencias sexuales ocurre en el ámbito de la pareja o expareja. El 43,5% de las mujeres que han sufrido violencia desde los 15 años y el 30,9% en el último año situaron al agresor en este entorno. Tres de cada cuatro mujeres que vivieron violencia dentro de la pareja fueron agredidas por su pareja actual. Las formas digitales son relevantes tras rupturas: el 14,2% de las víctimas de exparejas recibió amenazas de difundir imágenes íntimas y el 11,2% comentarios ofensivos en línea.
La violencia sexual fuera de la pareja ocurre con personas conocidas o desconocidas. Entre las víctimas del último año, el 54,9% señaló agresores conocidos y el 66,2% desconocidos. Con agresores conocidos predominan violencias sin contacto corporal, como comentarios ofensivos o envío de imágenes no solicitadas. Con desconocidos, aumenta la violencia digital y también los tocamientos, acercamientos y seguimientos. Estas experiencias “tienen un impacto notable en la percepción de seguridad”, afirmó Alfageme; las mujeres agredidas en la vía pública puntúan su seguridad con un 5,9 sobre 10, la cifra más baja de todos los contextos.
Parlon señaló que “este silencio estadístico refuerza la necesidad de actuar con mayor intensidad para visibilizar estas voces”. Reconoció avances en generar entornos de confianza para facilitar la denuncia y subrayó que “solo si las mujeres se sienten protegidas, legitimadas y acompañadas podrán romper este silencio”.