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En el corazón industrial del sur de Catalunya, el complejo petroquímico de Tarragona y su puerto se consolidan como ejes de una nueva era energética y tecnológica. En un contexto global de urgencia climática y transición energética, la descarbonización de la industria electrointensiva es una necesidad ambiental y una oportunidad estratégica para reforzar la competitividad y la autonomía industrial europeas. La innovación tecnológica, la infraestructura y el talento especializado son los pilares del futuro industrial catalán.

Tarragona ocupa una posición clave en el mapa industrial del sur de Europa. Su polo petroquímico, el mayor del Mediterráneo, agrupa más de treinta empresas que generan el 25 % de la producción química española y miles de empleos directos e indirectos. Esta concentración convierte al territorio en referente productivo e innovador, especialmente en sostenibilidad. El Port de Tarragona desempeña un papel esencial, no solo logístico, sino también como integrador de energías limpias y nuevas cadenas de valor basadas en hidrógeno verde, biocombustibles y economía circular. Proyectos como T-Hynet, impulsado por Enagás y Repsol, desarrollan una red de distribución de hidrógeno que conectará el clúster petroquímico con otros polos industriales catalanes y del Valle del Ebro.

La transición hacia una industria neutra en carbono requiere la implicación del ecosistema científico y tecnológico. En Tarragona, el ICIQ lidera investigaciones en catálisis, almacenamiento de energía y valorización de CO2, junto con Eurecat y la URV para transferir soluciones de laboratorio a escala industrial.

El proyecto europeo STEP, financiado con 22 millones de euros por la Comisión Europea y 5 millones por la Generalitat, liderado por ICIQ, URV y Eurecat, refuerza la conexión entre conocimiento e industria. Pero ninguna estrategia de descarbonización será viable sin capital humano cualificado. Se requieren ingenieros, técnicos y especialistas en energía, automatización, química verde y análisis de datos. La URV promueve programas en transición energética y sostenibilidad industrial junto a empresas y centros tecnológicos, mientras que la formación dual y la atracción de talento internacional se consolidan como claves para la competitividad.

Entre los proyectos emblemáticos destacan la Ecoplanta, iniciativa de Repsol y Enerkem para convertir residuos urbanos no reciclables en metanol renovable, y TarraCO2, centrado en la captura y reutilización de CO2 directamente relacionado con el proyecto liderado por ICIQ, URV y Eurecat.

En síntesis, la descarbonización de la industria electrointensiva catalana, y especialmente del polo de Tarragona, es un proyecto colectivo que integra infraestructuras tecnológicas, la innovación científica y el talento humano. La cooperación entre el sector público, empresas, centros de conocimiento e instituciones portuarias consolida a Tarragona como referente europeo de la transición energética y como ejemplo de que sostenibilidad y competitividad.