Categoría
Economía
Antetítulo
Industria
Título
Tarragona, pieza clave para la nueva autonomía industrial europea
Autores
Javier Sancho

Artículo

En muy pocos meses, el tablero geoestratégico global ha cambiado de forma acelerada. En este contexto, la industria vuelve a ocupar un lugar central en la agenda estratégica europea, no solo como motor económico sino como garantía de resiliencia y autonomía.

Tarragona, y en particular su potente ecosistema industrial, se sitúa en pleno corazón de esta transformación. Nuestro territorio no solo mantiene su atractivo inversor, incluso en un periodo de enorme incertidumbre global, sino que lidera proyectos innovadores que colocan a la industria catalana y española en la vanguardia de la circularidad y la descarbonización. En un momento en que Europa necesita producir más, depender menos y hacerlo de manera más sostenible, Tarragona ofrece certezas y capacidades que pocos polos industriales pueden igualar.

La química ocupa un papel fundamental en esta ecuación. Sus productos son la base de sectores tan diversos como la salud, la movilidad, la alimentación, la energía o la tecnología. Por eso la Comisión Europea trabaja en un listado de clústeres químicos estratégicos llamados a reforzar la autonomía industrial del continente. El polo petroquímico de Tarragona, el más importante del sur de Europa, reúne todas las condiciones para formar parte de este selecto grupo: concentración de capacidades, conectividad, talento, innovación y una agenda avanzada de sostenibilidad y economía circular.

Nuestro sector está inmerso en una profunda transformación para avanzar hacia un modelo circular, descarbonizado y capaz de generar productos de mayor valor. Para consolidar esta transición necesitamos un marco que esté a la altura del reto.

Es imprescindible que la Unión Europea reconozca Tarragona como Critical Chemical Site, porque cumplimos todos los requisitos para formar parte del núcleo industrial estratégico del continente. También necesitamos acelerar la planificación eléctrica (incluida la línea Escatrón-Audals-La Secuita), aumentar la capacidad de generación renovable en el sistema eléctrico, reducir estructuralmente los peajes, impulsar redes eléctricas cerradas y establecer mecanismos efectivos de compensación de costes de CO2 y de fomento de los productos con baja huella de carbono- incluidos los combustibles renovables y sintéticos, así como el uso del hidrógeno renovable y el biometano-.

En logística, es crucial también avanzar sin dilación en el Corredor Mediterráneo y que el proyectado nuevo vial de acceso al Polígono Norte desde la autovía A-27 sea una realidad más pronto que no tarde.

Todo ello debe ir acompañado de una regulación homogénea con el resto de Europa, de procedimientos administrativos más ágiles y del apoyo claro a todas las tecnologías que faciliten la gestión eficiente del agua y la descarbonización del polo petroquímico, incluidas la eficiencia energética, la circularidad y la captura y almacenamiento de CO2.

Tarragona no pide ser estratégica: ya lo es. Lo que necesitamos es que esta realidad sea reconocida y acompañada por políticas públicas coherentes, estabilidad regulatoria y un marco competitivo que incentive la inversión y permita acelerar la transición energética sin poner en riesgo la actividad industrial.

Europa ha entendido que sin industria no hay autonomía ni prosperidad. Tarragona está preparada para ser uno de los pilares de esa nueva Europa más fuerte, más sostenible y segura. Ahora toca avanzar juntos con visión, determinación y ambición.