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Soy una mujer de 24 años y periodista desde 2023, y esta corta experiencia vital ha sido suficiente para aprender algo doloroso: parece que a veces vivimos con el piloto automático puesto. Noticias de violencia de género, mujeres golpeadas, maltratadas y asesinadas se suceden casi a diario. En España, en el resto del mundo, y también cerca de casa. Y este ‘casi a diario’ es, probablemente, lo más triste de todo, porque nos golpean cada día y, aun así, parece que no se ve la luz al final del túnel.

Escribimos titulares y redactamos noticias cada día, y muchas veces nos sentimos atrapadas en un círculo de cifras y nombres, como si la violencia de género fuera un dato más en la agenda informativa. Pero detrás de cada noticia publicada hay historias, vidas interrumpidas, familias destrozadas y un dolor que es imposible de reflejar completamente en un párrafo de periódico, en una página web o en redes sociales. Y aunque a veces parezca que los titulares y las estadísticas se repiten sin fin, es fundamental recordar que cada historia cuenta, porque puede generar conciencia, romper silencios y visibilizar la lucha de quienes resisten. Y por eso es de destacar la portada de esta edición: nombres, edades y todos los años que estas mujeres no vivirán, porque un hombre les arrebató la vida.

El 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos recuerda que esta realidad no es solo noticia, sino una crisis social persistente que atraviesa todos los ámbitos, edades y contextos. Es un día para visibilizar lo que debería ser inaceptable todos los días del año. El 25-N nos invita a reflexionar, denunciar y movilizarnos. Es una jornada para rendir homenaje a quienes han perdido la vida, para apoyar a quienes sobreviven y para exigir que la violencia no se normalice ni se invisibilice.