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Ha sido, esta, una semanita de contrastes, de fans emocionados y de haters desatados. La devoción surge de los seguidores de Rosalía, que ha publicado el primer single de su disco Lux; el odio, de los detractores de Juan Carlos I, entrevistado en varias revistas francesas ante la inminente publicación de sus memorias en el país vecino. No han dejado indiferente a nadie. Ni uno ni otro: son dos de los españoles más internacionales y cada paso que dan provocan reacciones radicales.

Aunque, sí, admitámoslo, nada que ver ella con él, aunque tienen que saber que esta vez el rey emérito ha copado artículos en toda la prensa mundial. Encima, la coincidencia en fechas me ha ido bien para enlazar las dos noticias aquí en su página semanal de chismes varios.

Hoy lo enlazo todo, ya verán. Que la canción Berghain de La Rosi me sirve para más cosas. El verso que canta Björk en el tema, es decir, eso de que «la única manera de salvarnos es con la intervención divina», bien se lo podríamos explicar al padre de Felipe VI, que lo va a necesitar... porque no hay quien lo salve después de sus memorias.

Él busca la redención ante su hijo pero le llama «insensible». Quiere volver a la familia pero dice que la reina Letizia «no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares». Si hasta habla bien del dictador Francisco Franco, a quien veía como una figura «paternofilial». No deja (casi) nada en el tintero, ya verán... Quienes tratamos estos asuntos desde dentro pensábamos que mantendría la cabeza fría, que pese estar algo desatado últimamente pesaría más su mentalidad de monarca. ¡Mec, error! ¡Y el libro aun no se ha publicado! Habrá que esperar al miércoles, que sale a la venta en Francia, o al 3 de diciembre, cuando Reconciliación llegará a las librerías de España.

Quien no va a tener reconciliación con su familia es Andrew Mountbatten Windsow. Perdonen que use ese término, es que no sé bien cómo hacerlo para que se sepa a quién me refiero: el ¿expríncipe? Andrés, sí, que se ha quedado sin títulos porque su hermano, el rey Carlos III se ha cansado de hacer la vista gorda. Se ha cansado o le han cansado, porque la situación no se sostenía: un príncipe acusado de abusar de una menor, relacionado con un pederasta que se suicida en prisión… Y encima viviendo en el Royal Lodge, una palacio de 30 habitaciones… Cuidado de nuevo. La prensa británica avisa: no nos hemos enterado ni de la mitad.

Lo que es tangible y hemos escuchado -¡y cuánto!- es el nuevo single de Rosalía, del que en pocos minutos se habían publicado en redes sociales cientos de opiniones largas y sesudas como tesis doctorales. Suerte que las redes -se lo dice una que lo vive en primera persona- no son la vida real. Será la artista, no lo duden, quien nos dará todas las pistas necesarias para saber a qué se refiere con sus versos divinos (esto último en todos los sentidos). Mientras, por favor, disfruten sin darle vueltas a las cosas que a veces nos ponemos muy intensitos.

Tan intensos como las críticas que le llueven a Terelu. Permítanme que baje un poco a tierra, que tanta divinidad se me atraganta. Nada más terrenal que las Campos. La hija mayor de María Teresa Campos estrenó en Madrid el miércoles la obra Santa Lola que protagoniza. Y hasta Antonio Banderas ha salido en su ataque. Indirecto eso sí: el malagueño ha criticado a los intrusos profesionales. ¡Como si él o actores como Penélope Cruz no hubieran presentado nada en televisión! Si es que no vale la pena ser ni fan, ni hater...