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Belen Anton (Tarragona, 1996) se crió rodeada de ciencia. Su padre es ingeniero y su madre es profesora de física y química, por lo que el interés por el mundo científico viene de familia. «Recuerdo a mis padres hacer pequeños inventos en casa como, por ejemplo, generar electricidad con una patata. De ahí viene mi curiosidad de cómo funcionan las cosas», explica Belen Anton. Desde pequeña tuvo muy claro que su vida profesional iría relacionada con la ciencia. «Las asignaturas que más me gustaban eras las de ciencias y, además, teniendo en cuenta las salidas laborales del sector decidí estudiar ingeniería química», comenta.

Se matriculó en el grado de ingeniería química en la Universitat Rovira i Virgili (URV) y ahí es donde empezó su contacto con el sector químico. «Hice prácticas mientras estudiaba», afirma esta ingeniera. Belen Anton finalizó sus estudios universitarios como primera de su promoción, hecho que le permitió ganar la work experience, una beca que permite estudiar el master de ingeniería química de la URV y desarrollar las prácticas curriculares y el Trabajo de Fin de Master en Dow. Tras finalizar el master, también como primera de su promoción, se presentó al Premi Dow del año 2020. «Lo gané y conseguí un primer contrato de trabajo con Dow», afirma Belen Anton.

Este premio, en palabras de esta ingeniera, «consiste en una serie de entrevistas en las que se valoran tus capacidades personales y profesionales. Se asemeja bastante a un proceso de selección homologable a mundo laboral». A raíz de este contrato, se incorporó al cracker de etileno de Dow en el Polígono Norte del polo petroquímico de Tarragona. «En esta planta se producen compuestos que se acaban transformando en productos de uso cotidiano», explica Belen Anton. En primera instancia desarrolló labores de ingeniera de mejoras, cuyo objetivo es «desarrollar nuevas oportunidades de mejora que luego se acaban convirtiendo en proyectos ejecutables en planta para optimizar procesos, mejorar seguridad y ser más eficiente». En definitiva, un ingeniero de mejoras identifica puntos de mejora para que la planta sea más productiva, segura y eficiente.

No obstante, actualmente Belen Anton es ingeniera de producción en el mismo cracker de etileno. «Mi objetivo es operar la planta de manera segura y fiable», comenta esta ingeniera. Ella se encarga de asegurar la calidad del producto, además de investigar y analizar datos presentes y pasados para mejorar los datos futuros proponiendo soluciones de mejoras y de realizar un seguimiento de los indicadores clave de la planta, como ciertas presiones y temperaturas para mantener la planta en sus condiciones óptimas. «Hay que tener la capacidad de priorizar y ser capaz de mantener una buena coordinación con equipos multidisciplinarios», afirma Belen Anton. «Es un trabajo exigente pero gratificante», concluye.

A Belen Anton lo que más le motiva de su trabajo es «poder resolver retos complejos», afirma. «Es muy bonito formar parte de los cambios que la industria está realizando, cada nuevo reto es una oportunidad para aprender y aportar tu granito de arena», comenta esta ingeniera. En referencia a los retos de futuro que el sector debe de afrontar, Belen Anton señala la descarbonización como uno de los puntos clave.

Es un reto muy grande, en el que todas las industrian están haciendo un esfuerzo para ir en esa línea; poder participar en ese cambio en muy bonito», concluye esta ingeniera. Respecto a su futuro profesional, comenta que «en la etapa que me encuentro me gustaría seguir desarrollándome en la rama técnica de producción». Belen Anton explica que «Dow fomenta el desarrollo profesional, ya sea a través de cambios de rol o teniendo experiencias en otras plantas que te hacen salir de la zona de confort».