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Redactora de sociedad y educación en Tarragona
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Tristeza, impotencia, rabia, ganas de llorar... es lo que siente Natalie al leer el papel que tiene entre las manos. Es un texto simple, solo pone el nombre: Cristina, la edad; 37 años, la localidad: Alicante y una fecha: el 5 de octubre de este año; la fecha en que murió,
Y a Natalie le da por pensar que podría ser cualquiera de las mujeres de su vida, o ella misma «seguro que nunca pensó que podría acabar así», se lamenta,
Pero Cristina no fue la única, Tarragona ha tenido esta tarde un recuerdo para cada una de las 38 mujeres que han sido asesinadas en España en lo que va de este año por sus parejas o exparejas. Lo han hecho mujeres y hombres durante una performance en la Plaça Corsini en la cual han depositado una vela por cada una de las víctimas.
La concentración ha sido organizada por el Bloc d’Aliences Feministes de Tarragona, formada por entidades, sindicatos y distintas organizaciones.
La lectura del manifiesto ha corrido a cargo de Maria Josepa Clavero, responsable de la Unidad contra la Violencia de Género de la Subdelegación del Gobierno en Tarragona y arrancaba con una pregunta: "¿Cuántas violencias soportamos las mujeres?"
La respuesta es que las violencias que soportan las mujeres siguen siendo «múltiples, cotidianas y estructurales». Desde la violencia machista y sexual hasta la digital, laboral o institucional, todas forman parte de un sistema que «intenta limitar nuestras vidas y condicionar nuestra libertad».
El manifiesto denunciaba, además, la revictimización institucional y recordaba casos como el de Juana Rivas, que evidencian que «el sistema continúa fallando demasiado a menudo en garantizar seguridad, escucha y reparación».
También ha sido el momento de señalar con firmeza a los discursos negacionistas y antifeministas, que «no son opinión: son combustible para el odio y para la violencia». Frente a ello, la respuesta es colectiva y vibrante: «Ni una violencia más. Ni una víctima más. Ni un paso atrás».
La declaración ha reclamado instituciones valientes, protección real para mujeres e infancia, recursos públicos suficientes y un compromiso activo de los hombres en la transformación de las masculinidades.
También ha subrayadp la necesidad de una lucha feminista “intercultural, antirracista e inclusiva, que proteja a todas las mujeres, sin excepción”.
La concentración ha acabado con un grito compartido «Este 25N estamos aquí por las que ya no están, por las que luchan, por las que aún no pueden hablar y por todas las que vendrán. Soportamos demasiadas violencias. Y no permitiremos ni una más. Hasta que todas podamos vivir libres».