Categoría
Ítaca
Título
Dylan Thomas
Autores
Natàlia Rodríguez
Directora

Artículo

Aestas alturas de noviembre, la luz ha abandonado la geometría que nos prometió en verano. Los ángulos se rebelan, se rompen, lanzan dardos a ojos desprevenidos. Los reflejos se vuelven imprevisibles, discuten, tiemblan, se agitan. Los árboles ya no son colaboradores fáciles. Se han convertido en plataformas de aterrizaje. Capturan la luz que se desvanece. Luz cansada. Luz que ya no puede explicarse. Lo que queda: rojo, marrón, ocre, crujiente, viento. Dorado, indiferencia. La luz se derrama. Las hojas la atrapan. El aire se resiste. El calor también, pero alguna vez el verano tendrá que despedirse, al menos de momento, hasta que su reino sea total y el cambio climático nos derrita a todos. Aprovechemos las luces que se mueren.

«Do Not Go Gentle Into That Good Night...Rage Against the Dying of the Light» (no te rindas con dulzura ante la noche, rabia contra la muerte de la luz) dice un poema de Dylan Thomas. Es un poco eso. No nos dejemos pisotear por nada y mucho menos por nadie. No seamos presas fáciles. Aprovechemos los días. Lo digo también porque esta columna recibe felicitaciones y me gustaría poderlas devolver. Gracias a todos los que cada día me escribís o me enviáis mensajes y a los que me dais ánimos para continuar. Debería agradecéroslo más a menudo.