Categoría
Tarragona
Antetítulo
Sociedad
Título
Una cadena solidaria hará realidad los deseos de 460 niños en Tarragona
Subtítulo
El programa L’Arbre dels Somnis pone en contacto a niños en situación de vulnerabilidad con ciudadanos que se encargan de comprar sus regalos deseados
Autores
Norián Muñoz
Redactora de sociedad y educación en Tarragona

Imagen Principal
Un momento de la reunión de entidades y voluntarios en la oficina de CaixaBank de Cronista Sessé.
Un momento de la reunión de entidades y voluntarios en la oficina de CaixaBank de Cronista Sessé.
Artículo

Nizan, de 10 años, quiere una pelota de fútbol para jugar con sus amigos «porque cuando juego con ellos me siento feliz. No me importa si ganamos o perdemos». Mohammed, de 12 años, cuenta que quiere el libro Los archivos de Ares, le gusta mucho leer y de grande «me gustaría ser escritor». Princilla, de 11, quiere una caja con muchas cuentas de colores para hacer pulseras «para mi familia, mis amigas y las maestras, para que tengan un recuerdo mío». Fàtima, de cinco, quiere una muñeca que parezca «de verdad» y Princess, de 10, una pelota de baloncesto de color naranja «para jugar con mis amigas y practicar. Mis padres no me la pueden comprar y estaría muy contenta de recibir este regalo».

Este es el contenido de algunas de las cartas que hay sobre la mesa, muchas acompañadas de primorosos dibujos. La mejor parte del asunto es que todos los niños en riesgo de vulnerabilidad que las han escrito recibirán esta Navidad lo que han pedido.

Será gracias al programa L’Arbre dels Somnis de CaixaBank, una iniciativa que llega a su octava edición y que se espera que este año alcance a 460 niños de la demarcación de Tarragona (34.525 en España). Asistimos a uno de los encuentros en los que se organiza esta cadena de solidaridad.

Juegos para compartir

El procedimiento es sencillo: la persona interesada en colaborar pide una carta en una oficina de la entidad bancaria. Con esta información compra el regalo –cuyo importe no debe superar los 50 euros– y lo lleva a la oficina donde la recogió. A partir de ahí, las entidades organizan la recogida y el reparto.

Felip Ferré, director del CRAE Voramar de Tarragona (una de las 11 entidades que participan), cuenta que en su caso los regalos que han pedido los niños los van a traer los Reyes Magos. «Los paquetes estarán debajo del árbol el 6 de enero, como en cualquier casa», explica. Están buscando, de hecho, Reyes Magos con su correspondiente caracterización que les ayuden en el reparto ese día. En este CRAE, la mayoría de los niños han pedido cosas para jugar con sus compañeros, como juegos de mesa o una red de voleibol.

Toni Terceño, director local de Creu Roja Tarragona, y Guillem Gorgori, director provincial de Creu Roja Joventut, explican que en el caso de la entidad los niños que participan en sus programas de repaso escolar y de gestión de las emociones también escriben cartas en L’Arbre dels Somins. Como algunos han participado en años anteriores, «hace días que no paran de preguntar cuándo llegarán los regalos», relatan. Terceño y Gorgori coinciden en que una de las virtudes del programa es que los niños no reciben un juguete cualquiera, sino que el que ellos quieren.

No obstante, no todos los niños piden juguetes: algunos quieren ropa o calzado, porque tienen varios hermanos y desean estrenar algo propio. Para algunos será el único regalo que reciban en fiestas. Se prima, además, que no sean juguetes bélicos ni sexistas.

Biel y Coumba, dos jóvenes que participaron en el programa cuando eran niños, recuerdan con cariño la ilusión de escribir la carta y recibir el regalo. «Fue un momento de mucha alegría porque podía jugar con aquel juguete que había anhelado... Pude tener una cosa que los padres no me habrían podido comprar», dice el segundo.

Aportar felicidad

Del otro lado, del de quienes hacen realidad los deseos, está Anna Maria Botifoll, jubilada y clienta del banco. Cuenta que el año pasado pidió expresamente que le dieran la carta de una niña. Relata que la sorpresa llegó cuando vieron que la niña pedía una camiseta del Real Madrid «y nosotros somos todos del Barça, nos dio un poco de urticaria pero la compramos», explica entre risas.

Este año ha vuelto a pedir la carta de una niña «porque me parece que suelen tener menos oportunidades». Para no abandonar el tema futbolero, la niña de este año quiere un balón. Botifoll cuenta que se trata de una acción «que me aporta mucha felicidad, es hacer algo por una persona que no conozco, pero en parte sí... Me gustaría colaborar con muchas cosas que no puedo, pero esto me lo puedo permitir».

Mercè Caballé, responsable de Acción Social de CaixaBank en Tarragona y Lleida, explica que además de las oficinas, donde las cartas son hechas realidad tanto por empleados como por clientes (aunque la iniciativa está abierta a toda la ciudadanía), al programa también se han sumado nueve empresas.

Este año, además, por primera vez L’Arbre dels Somnis también llegará a personas mayores en situación de vulnerabilidad. Las cartas ya están preparadas y, explica Caballé, son «divertidas y emotivas. Piden baterías de cocina, libros, música para volver a escuchar ese disco que les gustaba...». Los pioneros serán los usuarios del programa de la fundación Joventut i Vida.

Foto de los Arbres del Somnis de Tarragona en la Catedral
Foto de los Arbres del Somnis de Tarragona en la Catedral