Categoría
Ebre
Antetítulo
Ciencia
Título
Lanzan al espacio un satélite controlado desde Tarragona
Subtítulo
Catalunya lanza el primer satélite 6G en órbita baja de Europa destinado a la investigación
Autores
Diari de Tarragona
Diari de Tarragona

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El satélite, justo antes de despegar.
El satélite, justo antes de despegar.
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El satélite 6GStarLab, el primer laboratorio europeo abierto de investigación 6G en órbita baja, ya está en el espacio. El pasado viernes por la noche se lanzó desde la base de SpaceX en Vandenberg, California, y ya está orbitando la Tierra. El centro de investigación i2CAT, adscrito al Departament de la Presidència de la Generalitat de Catalunya, lidera esta misión pionera con el objetivo de validar experimentalmente nuevas tecnologías de comunicación en un entorno real en el espacio. El 6GStarLab actuará como un banco de pruebas abierto y flexible para la comunidad científica y tecnológica que permitirá desplegar y ejecutar experimentos de forma remota, promoviendo la innovación en el ecosistema emergente que trabaja por la interconexión entre las redes terrestres y no terrestres.

La retransmisión en diferido del lanzamiento ha sido seguida este martes desde el Auditorio del Palau de la Generalitat por el secretario de Telecomunicacions i Transformació Digital, Albert Tort; el secretario general de Telecomunicaciones y Ordenación de los Servicios de Comunicación Audiovisual del Estado, Matías González; el jefe de Proyectos de Futuro de la Agencia Espacial Europea, Xavier Lobao, y el director de i2CAT, Sergi Figuerola, además de representantes de empresas y entidades del ecosistema industrial espacial que han participado en el proyecto.

El cohete

El 6GStarLab se lanzó al espacio con el cohete Falcon 9 Block 5, activo desde 2018 y con más de 550 misiones completadas. Este cohete está formado por dos partes que trabajan de manera coordinada durante el lanzamiento y la llegada a la órbita. La primera parte, conocida como booster, es la que proporciona el gran impulso inicial para salir de la atmósfera terrestre y, una vez llega al punto de separación, unos dos minutos y medio después del despegue, se desprende del resto del cohete y regresa de manera autónoma a la Tierra para poder ser reutilizada en futuras misiones. 

La segunda parte, más pequeña y adaptada a las condiciones del espacio, es la que transporta los satélites y los componentes de la misión, y proporciona el impulso necesario para colocarlos en órbita. Cuando el 6GStarLab fue liberado, el satélite se activó automáticamente, determinó su posición en la órbita terrestre y se estabilizó para comenzar a funcionar con las condiciones óptimas. Todo este proceso duró alrededor de una hora, y actualmente ya se ha estabilizado y ha iniciado las operaciones iniciales, tal como estaba previsto. Ahora se llevarán a cabo una serie de pruebas para validar la tecnología que se utilizará, y el satélite estará en funcionamiento con fines de investigación a principios de año.

Un laboratorio de experimentación en redes no terrestres

Gran parte de la experimentación del 6GStarLab se centrará en las redes no terrestres (NTN, por sus siglas en inglés). Estas redes utilizan nodos como satélites o plataformas de gran altitud para transmitir información, complementando las redes terrestres tradicionales. La integración entre redes terrestres y no terrestres crea redes híbridas que mejoran el rendimiento de las comunicaciones y ofrecen una experiencia de usuario sin interrupciones. Son fundamentales para reducir la brecha digital, facilitar el acceso a servicios esenciales a escala mundial e impulsar el camino hacia la 5G avanzada y la futura 6G.

La integración de las redes terrestres y no terrestres es clave también para vertebrar el territorio y responder a emergencias. Esta tecnología permite llevar conectividad de calidad a zonas rurales o aisladas, donde la infraestructura tradicional no puede llegar, garantizando así el acceso ciudadano a servicios como la telemedicina y la educación a distancia.

A la vez, se convierte en una herramienta vital para la prevención y mitigación de desastres naturales, como incendios, y para el futuro de la movilidad autónoma, al garantizar la conexión constante de los vehículos inteligentes. También contribuirá al establecimiento de una nueva generación de comunicaciones seguras, fundamentales para proteger los sistemas gubernamentales, financieros, empresariales y personales ante las crecientes amenazas de ciberseguridad.

Liderada por i2CAT, la misión se desarrolla en colaboración con el ecosistema catalán del espacio. El centro de investigación catalán adjudicó a inicios de 2025 un contrato público por un valor de 1,65 millones de euros a la empresa Open Cosmos para cubrir el diseño, la fabricación, la integración, el lanzamiento y la puesta en marcha del satélite 6GStarLab. El satélite se fabricó en tiempo récord en la sala blanca de Open Cosmos en Barcelona, un entorno controlado para ejecutar diversas pruebas y garantizar el funcionamiento óptimo del satélite antes del lanzamiento y despliegue en órbita.

El 6GStarLab incluye cargas útiles de alta tecnología diseñadas por i2CAT y la empresa catalana Microwave Sensors and Electronics (MWSE), y un conjunto de antenas para las comunicaciones de radiofrecuencia desarrollado por el grupo del NanoSat Lab de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). El componente internacional lo ha aportado la empresa Transcelestial, con sede en Singapur, que ha incorporado un terminal láser de comunicación óptica espacio-tierra y su correspondiente estación terrestre.

¿Qué tiene que ver con Tarragona?

La misión tendrá impacto más allá del espacio, ya que contará con un segmento en la localidad tarraconense de Móra la Nova, cofinanciado por la Secretaria de Polítiques Digitals del Departament d’Empresa i Treball en el marco del Fons de Transició Nuclear. El segmento, que empezará a construirse durante este mes, se instalará en un área del polígono industrial del Molló cercana al laboratorio de innovación social COEbre LAB. Esta infraestructura controlará los experimentos del 6GStarLab y se pondrá en marcha en paralelo a las operaciones del satélite. Además, incluirá una estación óptica terrestre pionera en Cataluña que permitirá establecer comunicaciones láser bidireccionales tierra-espacio, un avance clave para la transmisión de datos de alta velocidad. Esta tecnología es, a la vez, precursora de las futuras comunicaciones cuánticas.