Categoría
Antetítulo
Título
Subtítulo
Autores
Imagen Principal

Artículo
La historia de la literatura no avanza hacia ningún lugar claro si alguien no decide en un determinado momento sacar toda la artillería. O transgredir lo pautado, lo que se espera de una novela iniciática. Este es el caso de Cosita, de Alba G. Mora, y su esperado debut en Blackie Books. Si acuden a una librería, a una biblioteca o a la casa de alguna de sus amistades, no les costará dar con él: forma parte de la colección que la editorial barcelonesa inauguró recientemente, donde narraciones más breves nos ofrecen ficciones amplias, vigorosas y, sobre todo, auténticas. Parece que, por fin, algo nos está hablando de nuevo sobre algo que nos pueda interesar.
En el universo de la autora ya habíamos hecho, algunas privilegiadas, alguna que otra incursión a través de sus textos publicados en fanzines o ediciones mal llamadas menores, pues nada tiene que ver con su ambición, sino con una limitación en la distribución. Así, todo expresado con palabras que tienen la misma forma de terminar. Todo hay que aclararlo, que luego nadie dice esta boca es mía.
Título: Cosita Autora: Alba G. MoraEditorial: Blackie Books
Así, Cosita resulta una propuesta narrativa bastante provocadora y original, original de origen, porque quizá si tiramos de este hilo salgan más cosas, en la que se nos advierte de los múltiples peligros de vivir con los ojos cerrados a cal y canto. Esto último es un poco cursi, pero la lectura de esta novela tan refrescante me ha evocado dos emociones. Por un lado, el acto reflejo de taparse los ojos durante una película de terror en la que, con toda probabilidad, nos llevaremos un susto. Por el otro, esa sensación tan inesperada de que alguien nos abandone para siempre y no recordar bien cuándo fue la última vez que le dijimos adiós.
Para nuestra protagonista, que comparte nombre con el título mismo de la novela, el mundo o la realidad es un misterio insondable, en el que hemos de esforzarnos mucho, sin saber si habrá o no recompensa. Esto resulta tedioso y opresivo, sobre todo cuando una no sabe muy bien qué hacer con su vida y descubre, como de pronto, que si las expectativas se diluyen todo puede resultar aún más temible que enfrentándonos, cuerpo a cuerpo, con aquello que nos genera dudas o nos produce incertidumbre. Podemos perder una puja de algo que querríamos mucho por internet sin explicaciones. Podríamos perder a las personas que nos aman de la noche a la mañana sin explicaciones. Podríamos tener, sin esperarlo, una némesis en uno de nuestros lugares seguros, sí, en ausencia de explicaciones. Pero, más importante si cabe, podríamos vernos envueltas en un mundo de magia y ocultamiento con personas muy raras e inalcanzables, efectivamente, sin explicaciones.
La voz de la narradora de este texto, desde ese tono casual y reconfortante, nos cuenta una historia de terror, inundada de objetos aparentemente inservibles y de personas aún más inaprovechables todavía. Esto es también, un poco, la vida. Algo que podemos reducir a “un colgante con una pequeña rana momificada y recubierta de purpurina azul”.
