Categoría
Tarragona
Antetítulo
Sociedad
Título
Open Arms: la pesadilla de Salvini es de Tarragona
Subtítulo
Marc Reig, afincado en la ciudad desde hace dos décadas, capitanea el buque de Óscar Camps desde el año 2017
Autores
Octavi Saumell
Redactor de la secció Tarragona

Imagen Principal
Marc Reig, este domingo, en el Open Arms
Marc Reig, este domingo, en el Open Arms
Artículo

Marc Reig (1976) se ha convertido en los últimos años en la gran pesadilla del ministro italiano Matteo Salvini. Nacido en Esplugues de Llobregat pero natural de Bellpuig, el capitán del Open Arms –la embarcación catalana que rescata a personas en alta mar– está afincado en Tarragona desde hace más de dos décadas. ¿Cómo ha llegado este tarraconense de adopción a capitanear la embarcación más solidaria y mediática del Mediterráneo, desafiando en los tribunales al todopoderoso gobierno italiano?

Con raíces en Bellpuig, tierra de secano, a Reig la pasión por el mar le vino tarde. Estudió la diplomatura de patrón de altura en la Ametlla de Mar y, con una pareja de Tarragona, se instaló en la ciudad hace dos décadas. Realizó las prácticas en la ciudad, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «Allí pasé por todas partes. Llevé desde un remolcador a un carbonero o medí el tipo de redes que podían recoger peces pequeños», recuerda.

Más tarde pasó por la Fura dels Baus. «Tenían un barco mercante en el que hacían espectáculos (Nou Món). Me gustó mucho», recuerda. Los inicios en el mundo solidario llegaron con Médicos sin Fronteras. «Con ellos hice dos misiones en el Mediterráneo central como primer oficial», relata

Plan de gestión del Astral

El primer contacto de Reig con Open Arms llegó en 2017, cuando la ONG tenía dos años. «Me puse en contacto con ellos porque su embarcación Astral era de recreo, no profesional. Me ofrecí a hacer el plan de gestión del Open Arms...y me ficharon», recuerda.

Poco después debutó en el barco que está atracado en el Port de Tarragona, que fue construido entre 1974 y 1976, y que fue donado en 2017 por la naviera Grupo Ibaizabal. «Lo fuimos a buscar a A Coruña. El primer objetivo fue ponerlo a punto. Me ocupé del plan de seguridad», recuerda.

Reig realizó sus dos primeras misiones en el Open Arms en Malta como primer oficial, y la tercera ya la completó como capitán. «Libia estaba en guerra, veíamos las bombas desde el barco», relata.

Italia, la misión 65 y Richard Gere

Sin lugar a dudas, la misión que ha marcado a Reig fue la número 65 de Open Arms, en agosto del 2019. El buque rescató a 163 personas, 31 de ellas menores, y estuvo tres semanas esperando puerto, una situación que tensó hasta el extremo la relación con el gobierno italiano. «Salvini dijo que no dejaba entrar a más ONG a sus puertos. Tras varios días, solicitamos entrar a aguas italianas por mal tiempo. Estábamos fondeados, pero el ministro no firmaba la autorización para entrar en algún puerto. Entonces fue cuando vino a visitarnos el actor Richard Gere», recuerda el capitán del Open Arms.

La situación derivó en una denuncia de varias ONG, incluida Open Arms, contra Matteo Salvini por «secuestro de personas». El ministro italiano tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados, pero finalmente fue declarado no culpable. «Recurriremos, esto no acabará aquí», indica Marc Reig.

El modus operandi italiano con Open Arms ha ido cambiando a lo largo de los años. «Primero ni nos contestaban. Tardaban tanto que llegó un momento que las ONG compraron embarcaciones más grandes, ya que mientras esperaba debían rescatar a más personas. Esto comportó un gran aumento de los costes en carburante, comida o kilts de rescate», indica. ¿Qué pasó, sin embargo, cuando llegó Meloni? «Ella nos da permiso casi inmediato, pero lejos de dónde estamos. ¿Y qué pasa si durante el trayecto rescatamos a más personas? Que nos acusa de incumplir la ley, nos impone sanciones, nos retiene el barco y nos prohibe la entrada al país», resalta.

En Gaza: comida y masacre

De hecho, el Open Arms lleva dos años sin poder entrar en Italia. «Nos encantan las actividades de concienciación, estar en Tarragona y realizar las jornadas de puertas abiertas a la ciudadanía y los institutos, pero lo que realmente queremos es ir a rescatar personas en alta mar», afirma el capitán.

Durante este tiempo en el que el Open Arms no ha podido volver al país transalpino ha acudido a Gaza. «Fuimos los primeros en entrar», relata Reig. Esto fue a principios del 2024, con dos misiones. En la primera se completó una entrega de 200 toneladas de comida, pero la segunda acabó en masacre: tres misiles lanzados por el ejército israelí alcanzaron al convoy de ayuda, matando a siete personas cooperantes.

El 90% de la financiación, de voluntarios

Open Arms nació en 2015, tras la imagen del pequeño Alan Kurdi ahogado en una playa turca durante el intento de cruzar a las islas griegas. En ese momento, el empresario y activista Óscar Camps decidió crear la ONG.

«Es un emprendedor, está entregado pese a que no le haría falta», resalta Reig sobre la cara visible del proyecto, que se financia «en un 90%» de voluntarios, mientras que instituciones como el Ajuntament de Tarragona –que en 2026 aportará 75.000 euros a raíz de un acuerdo entre PSC y En Comú Podem– representan el 10%.

En una década, el Open Arms ha rescatado a 70.000 personas. «En el barco tenemos 20 camas y ahora podemos albergar a unos 300 rescatados, si bien hemos llegado a tener a más de 500. Siempre viajamos nueve profesionales y una decena de voluntarios, como médicos, enfermeras, cocineros o mediadores culturales», relata Reig, quien reconoce que se trata un trabajo «duro». «Debemos gestionar situaciones muy complicadas, con gente a la que acaban de violar, que lo ha perdido todo...».

Una vez se recibe el aviso se comunica a las autoridades, se rescata, se evalúa y se realiza un triaje. «Si huelen a gasolina les pasamos agua dulce, ya que el agua de mar con gasolina produce quemadas», indica. Acto seguido se valora si el rescatado pasará días o no a bordo. «Si se va rápido con las autoridades le damos agua y una barrita energética, pero si la cosa va para más largo ya ofrecemos comidas y el kit entero», especifica.

Pese a ello, el presidente de Vox, Santiago Abascal, se alineó con Salvini y propuso «confiscar y hundir el barco de negreros». «A él, como a Trump o Elon Musk, también le salvaríamos», afirma Reig. Diez años después, Open Arms ya es la pesadilla de la ultraderecha en el Mediterráneo. Un reto con capitán tarraconense.

Cita

«Hemos perdido el juicio contra Salvini, pero presentaremos recurso»

Marc Reig,
Capitán del Open Arms