Categoría
Tarragona
Antetítulo
Sociedad
Título
Así ha logrado el Centre de Noves Oportunitats cambiar la vida de más de 2.000 jóvenes en Tarragona
Subtítulo
Gracias a un modelo que combina orientación, formación y acompañamiento, cientos de chicos han regresado al sistema educativo o encontrado trabajo
Autores
Norián Muñoz
Redactora de sociedad y educación en Tarragona

Imagen Principal
Joel Benítez durante la fiesta de celebración de los 10 años de CNO de Tarragona.
Joel Benítez durante la fiesta de celebración de los 10 años de CNO de Tarragona.
Artículo

En un salón del Start! Centre de Noves Oportunitats de Tarragona cuelga una fotografía de un grupo sonriente de jóvenes en un rocódromo. A primera vista parece la imagen de una excursión cualquiera, pero en realidad capta una tradición que simboliza cómo se hacen las cosas aquí. Azahara González, directora del centro desde su fundación hace diez años, explica que en todo este tiempo todos los jóvenes –con más o menos dudas y esfuerzo– han conseguido llegar a la cima.

La pared de la foto se asemeja al camino que afrontan los jóvenes que acuden al centro. Por eso es tan significativa: les recuerda que son capaces de asumir retos y superarlos, aunque a veces haga falta más de un intento.

El modelo de los Centres de Noves Oportunitats (CNO) se basa en acompañar a jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan para reorientar su vida. En el caso del Camp de Tarragona, desde su fundación han pasado más de 2.600 jóvenes: 2.105 recibieron formación durante su participación en el programa, 557 regresaron al sistema educativo y 620 se insertaron en el mercado laboral.

Uno de ellos es Joel Benítez Pérez, de 20 años. Llegó al CNO con 17, tras abandonar el bachillerato y vivir un año difícil en el que sus amigos seguían estudiando y parecían haber encontrado su camino. Joel agradece especialmente que el centro le ayudara a «saber lo que quería y lo que se me daba bien. Aprendes mucho y avanzas como persona. Sacan lo bueno que tienes dentro, que a veces ni tú te lo crees».

Su elección fue cursar un certificado de profesionalidad como monitor de actividades de ocio, sector en el que ya ha trabajado y al que quiere dedicarse.

Para él, lo más valioso no fueron los aspectos técnicos, sino las competencias en las que tanto insistían: trabajo en equipo, puntualidad, responsabilidad... «Fue un año estrella en mi vida, me hizo mucho bien», asegura, y añade que ha animado a otros jóvenes a participar en el programa

Aunque está pensado para jóvenes hasta los 24 años, últimamente los participantes son cada vez más jóvenes. Así lo explica Sònia Moragrega, directora general corporativa de Intermedia y gerente de cinco centros (de los once que existen en Catalunya). Señala que las necesidades han cambiado con el tiempo y, especialmente desde la pandemia, la edad de los participantes ha bajado: «La mayoría tiene entre 16 y 17 años y ya no aguanta ni el instituto ni la estructura formal del sistema educativo».

En estos diez años, dice Moragrega, «lo hemos aprendido todo» y han tenido que adaptarse, por ejemplo, a las necesidades emocionales de los jóvenes, contratando más psicólogos. Con el tiempo, el programa –que no tiene ningún coste para los participantes– se ha hecho más conocido y se recomienda tanto de boca en boca como desde algunos institutos. Una situación muy distinta de los inicios, cuando los técnicos salían a las plazas a hablar con los chicos que no estaban haciendo nada.

La clave del programa, impulsado por el Servei Públic d’Ocupació de Catalunya (SOC) y financiado por el Fondo Social Europeo, es la orientación personalizada y el acompañamiento constante. La relación con empresas y administraciones completa el círculo virtuoso que da sentido al nombre del programa: nuevas oportunidades.

Cuando se le pregunta a Azahara González por momentos destacados de esta década, no puede evitar emocionarse: «Hay jóvenes que nos dicen ‘si no hubiera sido por vosotros no sé dónde hubiera acabado’ o ‘vosotros me habéis dado alas y me habéis dejado ser yo mismo’».