Categoría
Economía
Antetítulo
Industria
Título
Mónica Oliver, la estudiante que quería un ordenador y lleva 20 años fabricando puertas de ascensor
Subtítulo
Esta antigua aspirante a contable es hoy jefa de un equipo con 24 personas en el área de montajes de mecanismos STD en la fábrica de Tecnolama en Reus, sede central del grupo industrial Fermator
Autores
Aleix Solé
Redactor de Economia

Imagen Principal
Mónica Oliver durante su jornada laboral en la fábrica de Fermator.
Mónica Oliver durante su jornada laboral en la fábrica de Fermator.
Artículo

Tener una necesidad te puede cambiar la vida por completo. Mónica Oliver (Reus, 1974) necesitaba comprarse un ordenador para sus estudios universitarios de contabilidad. Para ello tuvo que trabajar y encontró en Tecnolama SA, sede central del grupo Fermator, empresa dedicada a la fabricación de puertas de ascensor, su sitio. Allí acabó quedándose y veinte años después es jefa de un equipo con 24 personas a su cargo en el área de de montajes de mecanismos STD. Le acabó encantando el trabajo. «Desde pequeña, lo que es montar piezas me gusta mucho», explica. También comenta que «aquí, como es todo tan manual me siento muy cómoda».

Sus inicios en la compañía fueron de aprendiz. «Al principio trabajaba con samblajes más pequeños y poco a poco fui adquiriendo samblajes más grandes y complejos. La empresa crecía y yo iba creciendo dentro de ella», reflexiona Mónica Oliver en referencia a su ascenso en esta compañía. Finalmente, no logró acabar la carrera de contabilidad, ya que abandonó sus estudios para dedicarse a tiempo completo a su trabajo.

«Cuando me ascendieron me asignaron equipos pequeños, pero ahora ya me encargo de un equipo de 24 personas», explica. Lo que más le gusta de su trabajo es «ver la faena terminada después de haber coordinado todo un equipo», comenta. Esta trabajadora se considera «muy competitiva conmigo misma y también muy curiosa», unas características, explica, que «mis jefes tuvieron en cuenta» para promocionar. Esta alma competitiva le lleva a «querer seguir aprendiendo» pese a que sea la responsable.

Tener un equipo de 24 personas, sin embargo, conlleva la responsabilidad de tener que cuidarlos y ser consciente, comenta, que «no todo el mundo siempre va a estar al 100%». No obstante, esta trabajadora explica que «lo lleva bien».