Categoría
Salud
Título
Más de 4,4 millones de españoles viven con algún tipo de discapacidad
Subtítulo
El día 3 de diciembre se conmemora el Día Mundial de las Personas con Discapacidad, un día que invita a la responsabilidad colectiva
Autores
Maria Pedrerol
Redacción

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Hablar de discapacidad es asumir que existen tantas realidades como personas.
Hablar de discapacidad es asumir que existen tantas realidades como personas.
Artículo

Casi 4,4 millones de personas en España –95 de cada mil habitantes– tiene alguna discapacidad o limitación, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). No por menos el día 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad cuyo propósito es, según los organizadores, promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como aumentar la conciencia sobre su situación en los aspectos políticos, sociales, económicos y culturales de la vida diaria.

Según la OMS, hablar de discapacidad es asumir que existen tantas realidades como personas. Algunas son visibles –movilidad reducida, ceguera toal, parálisis...– y otras no –enfermedades crónicas como la diabetes tipo 1 o la esclerosis múltiple, epilepisa, TDAH, dolor crónico...–. Además, hay otros grupos como las intelectuales o de desarrollo, que afectan a la comprensión, el aprendizaje, la comunicación o la autonomía –síndrome de Down, parálisis cerebral...–; o las derivadas de la salud mental –ansiedad severa, esquizofrenia...–. Por tanto, hay que ver la discapacidad desde un punto de vista muy amplio. De otro modo, no la entenderíamos.

Y es que la inclusión no es un gesto, sino un derecho humano que debe lograr el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad. Esto incluye, en primer lugar, garantizar la igualdad de oportunidades para que puedan estudiar, trabajar, vivir y participar en la sociedad sin barreras discriminatorias, lo que implica políticas públicas que eliminen obstáculos en educación, empleo, transporte, vivienda, salud y participación cívica.

Por otro lado debe haber una accesibilidad universal. La accesibilidad no es solo una rampa, sino que incluye accesibilidad digital, señalización adecuada, intérpretes de lengua de signos, espacios de trabajo adaptados, o tecnologías asistivas, entre otros.

Además, las personas con discapacidad deben estar representadas en la vida política, en decisiones públicas, en espacios culturales y sociales. No como receptoras pasivas de ayuda, sino como protagonistas.

En un país que envejece y en un mundo que no es plenamente accesible, la discapacidad es una realidad que puede atravesarnos a todos en algún momento de la vida. Este 3 de diciembre invita a la responsabilidad colectiva: construir una sociedad en la que todas las personas, sin distinción, puedan vivir con autonomía, igualdad y presencia plena.