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Redactora de Costa
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Recibe a las alumnas con un pacto de confianza: «Lo que pasa en el tatami se queda en el tatami. Podéis contar cualquier cosa y no va a salir de aquí». Se refiere a ellas como las «chicas L’Oréal, porque ellas lo valen». Y les lanza unas cuantas premisas. «Una nunca empieza una pelea, pero la puede terminar» y «ante un ataque, la idea es ‘respondo, me libro y no me quedo’», dice. Les ofrece un consejo que será «clave»: «Si os están agrediendo, no gritéis ‘auxilio’. Mucha gente no atiende problemas de otros. Mejor gritad ‘fuego’, más de uno saldrá a mirar qué pasa y, si tenéis suerte, alguno os echará una mano». Y les enseña a hacer con soltura la técnica del mataleón.
Óscar Prieto fue militar, preside la Asociación de Defensa Personal Femenina O. P. System de Salou y es cuarto dan en defensa femenina e instructor. Este 23 de noviembre, junto a su hermano Miguel Ángel, en vísperas del 25-N, ha impartido un taller en el Pabellón Municipal de Salou. Ha formado a una veintena de pupilas para «intentar prevenir cualquier agresión o reducir el daño ante una».
Tras cada una de las mujeres, una historia. Como la de Paola Rodríguez: «He venido a varias clases. Esta vez he traído a mi hija y lo he hecho sin siquiera preguntarle porque es necesario que sepa. Aquí las mujeres explican sus experiencias, se empatiza muchísimo y los instructores nos sitúan en casos de riesgo real para que aprendamos qué hacer y que el pánico no nos paralice». «Yo tuve un par de situaciones graves, hace mucho tiempo, y, gracias a que iba alerta, no me ocurrió nada: una noche, bajé a llamar a una cabina y me rodearon tres personas de repente; y otra, volviendo a casa, trataron de echarme una manta encima para cogerme», recuerda.
Paola lleva en su llavero un silbato con el que «hacer ruido para sorprender al agresor» si vuelve a pasarle algo. Pero las llaves en sí mismas ya son una herramienta. Y el móvil. Y, en general, cualquier cosa que una pueda tener habitualmente en el bolso. Prieto llama a estos objetos «medios de fortuna» y muestra a las mujeres que pueden emplearlos para zafarse. Les confía también un golpe secreto, el «achuche», con el que ganar un margen extra para escapar. Les indica cómo librarse si alguien las toma por el cuello e incluso cómo ayudarse entre ellas.
¿Cómo prevenir? «Es importante no relajarse, dar sensación de poderío. Por eso son chicas L’Oréal. La actitud corporal ya es mucho porque el agresor estudia a la víctima y, a veces, si lo ve difícil, desiste». ¿Y cómo defenderse? «Son pequeñas técnicas, agarres, sueltas... Se trata de que la mujer, en ese momento de supervivencia pura y dura, se acuerde de lo que tiene que hacer. Una reacción, no quedarse bloqueada en pleno estrés, descoloca mucho al agresor».
El interés en este tipo de clases vivió un boom hace seis o siete años y «tendrían que ser fundamentales». «Desgraciadamente, hoy, la realidad es que sigue habiendo agresiones, crímenes y situaciones muy incómodas para las mujeres, y ellas quieren tener algo para responder», señala Prieto.
Prieto muestra cómo zafarse fácilmente de un agarre.
