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Es seguramente uno de los acueductos más desconocidos y, en cambio, es el más largo de Catalunya –y posiblemente el segundo o tercero de España– con sus 50 kilómetros de recorrido. El acueducto del Gaià, construido entre los siglos I aC y I dC, captaba el agua en El Pont d’Armentera para llevarla hasta la ciudad de Tarragona. Pasa por diversos términos municipales, entre ellos Els Pallaresos. En este municipio fueron excavados diversos tramos. Y ahora este ayuntamiento ha sacado a licitación un proyecto no solo para preservar tres de estos tramos sino para también ponerlos en valor, con una inversión de más de 500.000 euros.
«A nivel arquitectónico, es una obra muy bien hecha y de grandes dimensiones. Incluso una persona de 1,60 metros podía caminar por el interior –actualmente todavía hay tramos en los que se puede hacer porque se han conservado», comenta Jordi López, doctor en Prehistòria, Història Antiga i Arqueologia por Universitat Rovira i Virgili e investigador del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC). Precisamente esta institución tiene mapeado el recorrido del acueducto, y lo ha estudiado profundamente.
El acueducto del Gaià se construyó en dos fases. La primera fue en época del emperador Augusto. Captaba las aguas en Puigpelat –en el torrrente de La Fonollosa, un afluente del río Francolí– y las llevaba hasta la urbe donde, según escribe Jordi López, abastecía a los grandes monumentos de Tarraco: el foro y el circo, además de buena parte de la ciudad situada a cotas inferiores.
En estos 30 kilómetros de recorrido había dos puentes –que no se han conservado– y siete galerías excavadas en la roca. Uno de estos puentes unía La Oliva con la acrópolis (la Part Alta). Se calcula que medía más de 700 metros de largo por 25 de alto.
Un nuevo tramo
Quizás a causa de una disminución del caudal, se construyó una conducción suplementaria. Captaba el agua en el río de Gaià –a la altura de El Pont d’Armentera– y la llevaba hasta Puigpelat, conectando con el anterior acueducto.
El ICAC, desde 2018, lleva a cabo un proyecto que forma parte de un estudio de los acueductos de la demarcación de Tarragona. Hay cuatro, aunque no todos ellos funcionando simultáneamente: el del Francolí (republicano), el segundo del Francolí (imperial), el de El Pont d’Armentera a Puigpelat y el de Puigpelat a Tarragona.
En el caso del del Gaià, el ICAC ha realizado catas en los términos de El Pont, Aiguamúrcia, Vila-rodona, Alió, Puigpelat, Vallmoll, La Secuita, Els Pallaresos y Tarragona. Y actualmente hay 105 puntos de este recorrido al descubierto. Después de realizar las prospecciones, en la mayoría de casos se volvieron a tapar «para dejar protegidos los restos». El objetivo del trabajo era saber por dónde pasaba el acueducto así como sus características.
Este conducto soterrado –para proteger el agua, que servía para el consumo humano– tenía diferentes accesos, por donde los romanos entraban para poder realizar el mantenimiento. En la mayoría del recorrido la bóveda de cañón está muy destruida. Pero en algunos puntos todavía se conserva prácticamente entera y en alguno –como en Els Pallaresos–, del todo.
En siete puntos del tramo, los constructores del acueducto tuvieron que excavar galerías a cierta profundidad en la roca, por lo que esta especie de túnel es más alto. Concretamente, son siete los tramos, en los términos de Vallmoll, Els Pallaresos y Tarragona.
El del Gaià es el único de los acueductos de Catalunya del que se conoce su nombre: Aqua Augusta. Es la inscripción que constaba en un bloque de piedra que se encontró en Els Pallaresos en 1992 en una intervención arqueológica durante la construcción de la urbanización Jardins Imperi –las obras habían comenzado el año anterior sin ninguna exploración arqueológica previa, por lo que buen parte del acueducto resultó dañado o destruido.
En 1992, durante los trabajos arqueológicos para comprobar qué había quedado, se encontró el bloque junto a un tramo de la canalización. En el mismo solo quedaban bien visibles algunas letras porque la losa estaba muy deteriorada por maquinaria. Los trabajos de urbanización continuaron y la inscripción se perdió porque nadie la retiró a tiempo para su conservación.
Durante estos siete años de trabajos y excavaciones por parte del ICAC, aparte de los restos del acueducto, no se han encontrado otros objetos importantes, aunque sí algunos fragmentos de cerámica «pero que proporcionan escasa información». Aparte de la inscripción, se halló, como elemento curioso, la pisada de sandalia de un romano impresa en el mortero de cal del acueducto.
El proyecto sobre los acueductos de Tarragona realizado por el ICAC estará acabado este año, con la publicación de artículos en diversas revistas científicas. A lo largo de estos ocho años de trabajo han participado unas quince personas, entre geólogos, arqueólogos, restauradores, etc.
Entre las prospecciones arqueológicas realizadas por el ICAC, en el 2014 el propio Jordi López hizo una en el término municipal de La Secuita. En una parcela se identificó un largo tramo de acueducto, que fue reaprovechado como base de un margen de piedra seca y que originalmente habría continuado por en medio de un almacén agrícola.
En 2018 se volvió a realizar una nueva intervención arqueológica ya que el dueño quería rehabilitar tanto dicho almacén como el cubierto para realizar actividades relacionadas con la conservación y explotación sostenible de su entorno natural.
–Cuando en el siglo XVIII se construyó la Mina de l’Arquebisbe –que llevaba el agua desde Puigpelat a Tarragona– se utilizó parte del acueducto del Gaià –el excavado en la roca– para pasar el agua.
- En Els Pallaresos conviven conjuntamente tres conducciones de agua: el acueducto del Gaià, la Mina de l’Arquebisbe y la del Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT).
- En el término municipal de Vila-rodona, por ejemplo, los desmontes de terreno para usos agrícolas han supuesto la destrucción de muchos tramos de acueducto.
- En Els Pallaresos hay restos del acueducto en dos tramos –de 25 metros– entre parcelas que se salvaron de las destrucciones de 1991-92. Sin embargo, no se pueden visitar, aunque se han restaurado a fondo por el ICAC.
- Las excavaciones hechas por el ICAC en las zonas verdes de Els Pallaresos se han centrado en la parte superior de la conducción para evitar que la exposición a los agentes meteorológicos acabe dañando el interior de la misma.
–Durante los trabajos arqueológicos que llevó a cabo el ICAC no se encontraron piezas de valor al lado del acueducto, pero sí la pisada de la sandalia de un soldado romano, que quedó impregnada en un mortero de cal y se ha conservado.
–en el siglo XVIII el arquitecto Joan Antoni Rovira hizo un levantamiento topográfico del trazado del acueducto del Gaià por encargo del arzobispo Joaquín de Santiyán y Valdivieso.
Fragmento que presenta la sección completa, excavado en Aiguamúrcia.
