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Redactor de Cultura
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Porreres no era destino fácil, por mucho que la clasificación no hablara demasiado bien del equipo balear. A tres días para el compromiso de Copa ante la Real, el Reus precisaba desconectar su atención del ruido copero para sumar de tres lejos de la capital del Baix Camp. La situación lo pedía, después de tres jornadas sin conocer el éxito, con dos derrotas y un empate.
Marc Carrasco recuperó efectivos en la convocatoria de citados, aunque solo Dani Homet partió en el once como principal novedad con respecto al último partido ante el Barbastro (0-0). Homet ingresó por Aitor Serrano. El resto, los mismos. Xavi Jaime y Ricardo Vaz esperaron turno en el banco.
La puesta en escena resultó interesante, con un Reus muy dominador, muy firme en el ecosistema que pedía el duelo. Campo pequeño, de césped sintético, y un rival urgido por la escasez de puntos. Albert Benito inauguró el registro de los disparos, el primero obligó al arquero local Méndez a intervenir. Solo se habían consumido cinco minutos de juego y el Reus había emitido mensajes de ambición.
El recurso de la media distancia no asustó a Sandro Toscano, que poco después intentó el disparo que salió desviado, aunque no por demasiado.
El recurso de Homet
En un contexto como el de Porreres, donde el juego directo muchas veces reina en el juego, el recurso de Dani Homet se convierte en imprescindible para el Reus, sobre todo por esa capacidad para quedarse la pelota entre centrales y descargar a las incorporaciones de segunda línea. De ahí que Marc Carrasco no dudara en situarle en el equipo inicial.
El Porreres, en todo caso, se acercó al gol en una acción individual de uno de sus actores más determinantes, Pau Mascaró. Atacó la profundidad y ejecutó aunque la pelota chocó en el poste. La amenaza no asustó al Reus, que manejaba el ritmo de juego, pero carecía de brillo en el último tercio del campo. Le costó hallar caminos hacia el gol.
Una conexión entre Folch y Fran Cartbia habilitó a Dani Homet dentro del área, aunque la finalización no resultó precisa. Se había cumplido la media hora. El equipo de Marc Carrasco se marchó al intermedio con la sensación de que su propuesta había remado sin premio, la falta de tino en los metros finales es un mal que arrastra el equipo en los últimos tiempos.
Esa tónica permaneció en el segundo acto, nada más volver de vestuarios, un disparo repleto de violencia de Ustrell lamió el poste. El Reus apenas cesó en su empeñó, quiso pero no pudo ante un rival inferior, que apenas inquietó, a pesar de su actitud repleta de rebeldía.
A los 64 minutos, un disparo de primeras de Casals volvió a merodear el gol, aunque no cogió dirección entre palos. El Reus sometía al Porreres, que decidió refugiarse en el desenlace para, por lo menos, secuestrar un punto.
Carrasco miró al banquillo y tiró de rotación para darle ese impulso definitivo el equipo. Ingresaron Ricardo Vaz y Aitor Serrano primero, luego Xavi Jaime. La idea era que Homet solo disputara 60 minutos para no arriesgar más su estado físico.
Aitor Serrano capitalizó el resto de ocasiones rojinegras en la última media hora. Fue un revulsivo solvente, pero ante el marco rival no acertó.
Cuando restaba solo cuatro minutos para el 90, un rechace cayó en las botas del pequeño delantero rojinegro. Estaba solo ante el portero Méndez, pero disparó al muñeco. Cierto es que apenas dispuso de tiempo para colocar la pelota. Se convirtió en la ocasión más clara del Reus en el segundo tiempo.
Ahí murió el partido, el Reus sumó un punto, pero la sensación quedó tras los 90 minutos es que había perdido dos más. En todo caso, como dicen los expertos, el día que no puedes ganar, tampoco pierdas. Dos empates consecutivos, le permiten sumar al equipo de Carrasco.