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El REC alcanza los veinticinco años de vida. Ya es un cuarto de siglo de cine. Veinticinco ediciones en las que Tarragona concentra algunas de las propuestas más estimulantes de la temporada cinematográfica. En esta ocasión, el programa destaca sobre todo por dos tendencias: la primera, la de constatar la presencia, este año, de algunos de los principales autores del cine contemporáneo; la segunda, la de destacar las maneras de jóvenes cineastas, y especialmente de directores y directoras catalanas.

Esto último es el caso de Jaume Claret Muxart, que estrenará “Estrany riu”, película de la que ya hemos venido hablando desde Encuentros, y que propone un hermoso recorrido por lo insondable del deseo en la juventud, a la vez que su protagonista y su familia trazan otro viaje, a lo largo del Danubio. La opera prima de Claret Muxart se contruye mediante lo sugerente, bordeando incluso por momentos la posibilidad de lo fantástico.

Otras dos propuestas, “La furia”, de Gemma Blasco, y “Jone a veces”, de Sara Fantova, destacan también por tratarse de películas de cineastas en proceso de encontrar su voz. En el caso de “La furia”, no es la primera película de Blasco, que ya había firmado anteriormente otro largometraje. En su segunda película, la directora parte de una premisa cruenta: cómo una joven es violada por alguien de su grupo de amigos en una fiesta de fin de año. A partir de aquí, la película va de la mano del desgarro de su protagonista; y encuentra sus mejores momentos en la incursión de ella en el teatro, pues encontrará ahí una vía expresiva y de fisicidad.

Si “La furia” se maneja en el enojo, “Jona a veces” tiene algo de luminosidad, como si su puesta en escena se correspondiera con el momento de vida de su protagonista, una chica que conoce a su primera novia mientras en su casa va experimentando el pesar de tener que lidiar con la enfermedad de su padre. La película de Fantova es una muestra de cine de la juventud, como “Estrany riu”.

Junto a estos nombres, hay muchos otros. Y entre ellos destacan cuatro: Richard Linklater, Paolo Sorrentino, Jim Jarmusch y Park Chan-wook. Son todos ellos directores que, de alguna manera, han fraguado el sentir del cine contemporáneo, y muchos de ellos, el cine en el tránsito del siglo XX al XXI. La película de Linklater, la segunda que estrena este año, supone una mirada a un momento fundamental en la formación sentimental, formal e ideológica del cine moderno, el del rodaje de “Al final de la escapada” de Jean-Luc Godard. Hay algo en la película de Linklater de carácter contracultural, pues propone pensar en un cine que escapaba de los moldes de lo comercial.

Con “La Grazia”, Sorrentino presenta, en cambio, otra mirada, aunque también pueda ser vinculada con lo pasado. En este caso, con una manera de hacer política que tiene que ver con el humanismo. En su caso, sigue a un presidente del gobierno italiano en la ficción, que está a punto de dejar el poder y jubilarse, en lo que supone tanto el final de un mandato como el fin de una etapa vital en un hombre maduro. La puesta en escena de Sorrentino, y sobre todo su gusto por la estética de palacio, hace que la película presente ciertas contradicciones: por ejemplo, en el prejuicio que la película muestra a la hora de retratar a los familiares de los presos (todos desaliñados) y a la vez regodearse en un imaginario de clase alta. El cine de Sorrentino siempre fue así, fascinado por la opulencia fílmica.

Por su parte, Park Chan-wook adapta una película del cineasta francogriego Costa-Gavras. Aquella película era un drama de pretensiones realistas; en cambio, la de Park, “No Other Choice” es una nueva muestra de la capacidad del director coreano de hacer malabarismos en torno a un tono que para nada es evidente, a partir de una premisa extrema: la de un hombre que, tras perder un trabajo ligado a lo analógico, se dispone a asesinar a todos aquellos que puedan competir con él por un nuevo puesto de trabajo.

Todos ellos presentan sus trabajos en Tarragona, en una edición rica y diversa en su propuesta a la hora de reflejar miradas distintas, también en términos generacionales.