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El CE Noia se llevó un triunfo de prestigio en su visita al Palau d’Esports, imponiéndose por 3-6 al Reus Deportiu en una décima jornada marcada por el ritmo alto, la contundencia ofensiva visitante y la sensación constante de que el Reus siempre iba un paso por detrás del partido. El conjunto del Penedès, serio de inicio a fin, aprovechó cada desajuste rojinegro para sumar tres puntos que lo mantienen en la parte alta de la clasificación.
El choque empezó con un Noia muy enchufado, dominando las primeras transiciones y haciendo daño en cada aproximación. Esa salida agresiva se tradujo rápidamente en el 0-1 y, poco después, en el 0-2, un marcador que dejó el Palau en silencio y que evidenció la falta de respuesta inicial del Reus.
A los locales les costó entrar en juego: imprecisiones en la salida, pérdidas en zonas comprometidas y una defensa demasiado estática permitieron al Noia llevar el partido a su terreno.
Aun así, el Reus Deportiu encontró un punto de inflexión con el 1-2, obra de Jansà, que rompió la inercia y reactivó al público. Durante unos minutos, los de casa parecieron crecer, defender con más agresividad y enlazar posesiones más fluidas. Pero la reacción fue más emocional que efectiva: el Noia, lejos de descomponerse, volvió a acelerar el ritmo y castigó con dureza cada error rojinegro, estirando el marcador hasta un contundente 1-5. En ese tramo, los del Penedès demostraron oficio, pausa y experiencia, gestionando el tempo del partido como querían y encontrando siempre el pase correcto en el último metro.
Un final para la esperanza
Con el duelo prácticamente decidido, el Reus Deportiu mostró orgullo para no dejarse llevar.
Casas, con un doblete que lo reafirma como uno de los referentes ofensivos del equipo, firmó el 2-5 y colaboró en la dinámica que permitió el 3-5, obra de Salvadó, que culminó una de las mejores combinaciones colectivas del Reus en todo el partido. El Palau d’Esports, que hasta entonces había vivido entre la frustración y la resignación, volvió a creer por unos instantes en una remontada improbable.
Pero el sueño duró poco. El CE Noia, frío y eficaz, aprovechó una nueva desconexión defensiva local para establecer el 3-6 definitivo, un golpe que apagó las últimas esperanzas rojinegras.
El tramo final sirvió para que ambos equipos rotaran piezas y el Reus intentara maquillar sensaciones, pero el control visitante ya era absoluto.
Al pitido final, la lectura era clara: el Noia fue más regular, más inteligente y más peligroso en los momentos clave del encuentro.