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Los nuevos horarios de Renfe que entraron en vigor el pasado 22 de noviembre para los trenes que unen el Camp de Tarragona y Barcelona no acaban de satisfacer a los usuarios. En Reus la principal crítica es que los sábados hay un vacío sin conexión entre las 5.30 y las 7.30 de la mañana, mientras que en Valls aseguran que cuatro trenes al día son insuficientes y son menos que los que había durante el corte del túnel de Roda de Berà de ahora hace un año. Desde Renfe, el portavoz Antonio Carmona valora que los nuevos horarios mejoran las frecuencias para la capital del Alt Camp respecto a antes de los trabajos en el túnel, abre la puerta a ajustes en el futuro y defiende que con las inversiones previstas se mejorará el servicio.
Jordi Liébanas, miembro de la plataforma Dignitat a les Vies, hace casi veinte años que hace el trayecto entre Reus y Barcelona diariamente. De la reorganización horaria de Renfe valora positivamente que de lunes a viernes hay dos trenes más, pero el fin de semana se han reducido convoyes a primera hora de la mañana. “Si coges el de las 5.30 se supone que llegas a las 7.10 a Barcelona, pero con el de las 7.30 nunca llegas antes de las 9.00”, comenta. Este vacío de dos horas condena a los viajeros o bien a levantarse muy temprano para tomar el primer tren o a llegar a la capital del país más tarde de lo deseado. “La alternativa es ir en coche de Reus a Vila-seca y allí coger el tren que viene de Tortosa, pero es una molestia mucho mayor”, concreta.
En Reus el otro problema lo tienen a primera hora de los días laborables. Hasta antes de la reorganización el tren de las 7.06 arrancaba desde la capital del Baix Camp. Esto permitía a los viajeros subir al tren una vez llegaban a la estación y no pasar frío en invierno, además de tener garantizada más puntualidad. Ahora, en cambio, deben esperar a que venga desde la Plana Picamoixons. “Esto hace que no tengamos la certeza de si saldrá puntual”, manifiesta.
La situación todavía es más compleja, ya que en este caso antes de salir de La Plana también deben esperar a que llegue otro tren procedente de Lleida, para enlazar en dirección Reus y Barcelona. Esta casuística también implica que haya menos plazas disponibles y en ocasiones a partir de Tarragona hay gente que debe ir de pie porque no hay asientos. “Para la gente de Lleida es mucho mejor porque pueden bajar hacia Tarragona con esta combinación, pero a nosotros nos afecta negativamente”, comenta el usuario. Los que también han ganado una frecuencia son los vecinos de Alcover y la Selva del Camp.
Con todo, el descontento con el servicio es generalizado. “Cojo el tren desde Reus dos veces por semana y los retrasos son habituales”, comenta Ixeya Quesada. “No sabes si llegarás a Barcelona a la hora que toca y si podrás organizar el día como habías planteado. Siempre tienes la esperanza no de llegar a la hora sino de llegar lo menos tarde posible”, expresa la usuaria. En su caso, además, en ocasiones va desde Reus hacia Lleida, con el correspondiente transbordo en la Plana Picamoixons para esperar el tren que viene desde Valls. Una situación que asegura se ha acentuado con los nuevos horarios, ya que hay menos servicios directos. “A veces te tienes que estar 30 o 40 minutos en esa estación que no tiene ninguna zona interior, y es fastidioso”, señala.
Dificultades en Valls
La situación en Valls es más complicada. El presidente de la Associació d’Amics del Ferrocarril de Valls i l’Alt Camp, Nil Magrinyà, explica que el principal problema es que Adif hace las obras de mantenimiento de la línea R-13 entre Sant Vicenç de Calders y Lleida durante las mañanas. Una situación que también afecta al tramo entre La Plana Picamoixons y Reus. Esto hace que en una franja superior a las tres horas entre las nueve menos cuarto y la una menos cuarto del mediodía no puedan circular trenes. “Es la única línea de pasajeros de toda Catalunya donde se hace el mantenimiento diurno”, afirma. Un hecho del cual el responsable es Adif.
Así, entre la capital del Alt Camp y Barcelona tan solo hay cuatro trenes diarios por sentido y ninguno llega a la ciudad condal antes de las 8 de la mañana. “Nuestra conectividad ferroviaria, por naturaleza, es con Barcelona, porque nunca ha existido la posibilidad de ir directamente a Reus o Tarragona”, expone. Magrinyà lamenta que mientras hubo el corte del túnel de Roda de Berà llegaron a tener siete trenes por sentido gracias a las lanzaderas que venían desde la Plana y Reus. En cambio, desde Renfe, Carmona argumenta que, en comparación con lo que pasaba antes de las obras, con los nuevos horarios la oferta ha mejorado porque se ha pasado de dos servicios directos y dos con transbordo en Sant Vicenç de Calders a cuatro trenes directos por sentido al día. Aun así, las plataformas de usuarios y los ayuntamientos por donde pasa la R13 —con el de Valls al frente— se están organizando para hacer frente común y reclamar cambios a la Generalitat.
El portavoz de la operadora ferroviaria explica que los nuevos horarios responden a “un esfuerzo conjunto” con el Departament de Territori para hacer “un primer paso” en la mejora del servicio en el corredor sur. Carmona destaca que desde el 22 de noviembre hay trenes entre Tarragona y Barcelona cada 30 minutos y, con Reus, entre 30 y 60 minutos los días laborables. También menciona la prolongación de la RT1 desde Tarragona hasta la Plana Picamoixons.
“Son mejoras que deben consolidarse, siempre recordando que es un primer paso” hasta que lleguen los nuevos trenes. En concreto, serán 38 convoyes, 24 de 100 metros y 14 de ancho variable “que supondrán mejoras en fiabilidad, confort, capacidad y disponibilidad”. Aun así, el hecho de que deban retirarse algunos trenes porque han acabado su vida útil hará que el incremento del volumen del parque no sea tan elevado. Respecto a las quejas de los usuarios, Carmona afirma que están abiertos a hacer “ajustes” en el futuro, en la medida de las posibilidades.
La ACN ha acompañado a Liébanas este viernes en su trayecto con el tren que sale de Reus a las 7.06 horas, y que ya ha llegado con doce minutos de retraso a la capital del Baix Camp. El récord negativo de la primera semana de los nuevos horarios han sido trece minutos, si bien el usuario ha afirmado que no ha habido ningún día que haya ido puntual. El retraso mínimo a la hora de subir al tren ha sido de dos minutos.
Este convoy ha ido acumulando retrasos a medida que el trayecto avanzaba. En Tarragona la demora era de catorce minutos y en Sant Vicenç de Calders se ha llegado diecinueve minutos después de la hora prevista. En el último tramo del trayecto, ya sin ninguna parada más, lejos de mejorar la situación todavía ha empeorado más. Así, Liébanas ha llegado a Barcelona Sants a las 9.19 horas, 42 minutos más tarde del previsto, el peor registro desde que hay los nuevos horarios en esta franja.
Esta es solo una de las incidencias que ha tenido el corredor sur este viernes por la mañana. El tren siguiente, que tenía prevista la salida desde Reus a las 7.36 lo ha hecho con dieciséis minutos de retraso. Y el tren que debía salir de Passeig de Gràcia a las 7.56 en dirección a Reus se ha suprimido por una incidencia con un maquinista. Los pasajeros de este servicio han tenido que ir hasta Tarragona y allí tomar un autobús. Al mediodía la situación era ligeramente mejor, con retrasos alrededor de los quince minutos en sentido sur. Toda esta información los viajeros la comparten a través de un grupo de Whatsapp bautizado como ‘RIUV (República Independent de l’Últim Vagó)’. Lo impulsó la plataforma Dignitat a les Vies hace unos años para hacer comunidad, plantear acciones y advertir de alteraciones.