Categoría
Tarragona
Antetítulo
Movilidad
Título
Rambla Nova, año II: el gran reto de que se note la peatonalización para abrir Tarragona al mar
Subtítulo
Este sábado se cumple un año del cierre al tráfico del tramo del Balcó. Comerciantes y restauradores piden hacer más visible la «humanización» para fomentar el paseo
Autores
Octavi Saumell
Redactor de la secció Tarragona

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Imagen de este viernes del tramo de la Rambla Nova más cercano al Balcó del Mediterrani, peatonalizado desde hace justo un año.
Imagen de este viernes del tramo de la Rambla Nova más cercano al Balcó del Mediterrani, peatonalizado desde hace justo un año.
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El primer tramo de la Rambla Nova cumple hoy un año de su peatonalización con deberes pendientes. Desde el 29 de noviembre del 2024, los 215 metros que van desde el Balcó del Mediterrani hasta las calles Adrià y Sant Agustí están cerrados a la circulación, en un bloqueo a los vehículos que llega a una superficie de 7.500 m2.

El cambio comporta que la zona esté libre de coches, motos y furgonetas desde el Passeig de les Palmeres hasta prácticamente la zona peatonal del centro, en una iniciativa aceptada en su objetivo general, pero que los agentes implicados piden acciones a corto plazo para «evidenciar» que el entorno está centrado únicamente en las personas. Por ello, comerciantes y restauradores exigen obras y actuaciones urbanísticas para pasar de fase y hacer evidente que el entorno es abierto al paseo al 100%.

Voto de confianza general

«La mayoría de la gente no aprecia que es una zona peatonal, ya que todavía hay carretera y coca central. Los ciudadanos pasean por el centro, no por los laterales donde iban los coches», indica la presidenta de la Via T, Raquel Pizarro, quien reconoce hacer una valoración «con dudas» de estos primeros 365 días. «Debemos acostumbrarnos. Los vecinos ni están habituados ni conformes, mientras que en los comercios hay opiniones de todo. Es necesario actuar para que se note el cambio», detalla la representante de la entidad comercial.

De manera más contundente se expresa la presidenta de la Cambra de Comerç, Laura Roigé. «¿Está peatonalizada la Rambla Nova? No he notado nada», indica la máxima representante de la entidad cameral. Roigé, de hecho, enfatiza que «el proyecto de 2008 de Albert Abelló daba el máximo prestigio a la principal arteria comercial de la ciudad, con plataforma única y zonas ajardinadas. Ahora no hay ningún cambio», lamenta.

Desde Pimec, Estefania Garcia avala el paso por restar coches para «avanzar hacia una ciudad más amable, sostenible y con espacios que fomenten la vida social y comercial». La patronal siempre ha estado a favor de peatonalizar el tramo «para generar más flujo de personas», pero cree necesario «acelerar las obras para facilitar el acceso y la logística» y dar, de esta forma, «visibilidad real al proyecto» para convertir la zona «en un polo comercial y social con nuevos pavimentos, murales y elementos identitarios».

El sector hostelero también detalla que hay margen de mejora. «Por la mañana tenemos menos gente, y al mediodía la misma. No hay más afluencia, la basura está muy lejos y, pese a los pilones, hay coches que pasan y generan dudas a los peatones», indica el presidente de la Associació de l’Hostaleria, Javier Escribano. Pese a ello, apuesta por dar un «voto de confianza» al proyecto, esto sí, bajo dos consignas: «que se note urbanísticamente que es peatonal y que se esfuercen en montar eventos en la zona».

«Cambio de rutina»

La concejal de Promoció Econòmica, Montse Adan (PSC), reconoce «entender» un cambio «en el día a día» de los vecinos. «Siempre se puede mejorar. Debemos crear el hábito y apostar por este espacio emblemático», reivindica la edil, quien reconoce que, durante estos primeros doce meses, «a la gente le cuesta pasar si no es en domingo», si bien tiene la perspectiva de que «poco a poco la gente se va animando».

Por ello, tras la primera fase de prueba piloto, por Sant Jordi ya estará lista la segunda etapa del proyecto: la acción artística de Edu Polo, que convertirá la calzada lateral en un paseo peatonal revestido de un pavimento color sepia novecentista, evocador de las antiguas baldosas hidráulicas que antaño decoraban los hogares burgueses y los cafés de postín. Sobre esa superficie, como si fuera un tapiz urbano, se desplegarán los retratos de 28 personajes ilustres ligados a la historia de la ciudad.

Tras doce meses de transición, 2026 se perfila como el año en el que la Rambla Nova pasará el gran examen: seguir siendo una promesa o hacer realidad el reto de que Tarragona viva de cara al mar.

Cita

«¿Está peatonalizado? No he notado nada»
Laura Roigé,
Cambra de Comerç