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Tras superar periodos informativos, la Zona de Bajas Emisiones de Reus (ZBE) entra en acción a partir de hoy. De hecho, se despliega de forma efectiva la fase 3 de la ordenanza de movilidad –hasta diciembre de 2027– y se aplica por primera vez el régimen sancionador contra los vehículos sin etiqueta ambiental que entren en el área restringida, cuyos titulares sean de fuera de Reus o paguen el impuesto de vehículos fuera de la ciudad.
Al mismo tiempo, la ZBE ha previsto una veintena de exenciones y moratorias y se acompaña de una serie de medidas de movilidad, como aparcamientos disuasorios y la Ganxeta, con el fin de garantizar transporte alternativo. Por ello, el impacto sobre la ciudadanía será limitado. El gobierno municipal defiende que la aplicación se ha realizado de forma «tranquila y progresiva», los expertos hablan de una medida «necesaria pero no suficiente», mientras que las asociaciones vecinales de Reus consideran que la zona restringida es «demasiado amplia». Todo ello bajo la amenaza judicial de cuatro recursos que solicitan su paralización.
Desde el Palau Municipal, la concejala de Seguretat, Dolors Vázquez, opina que la aplicación de la ZBE –de obligado cumplimiento por mandato legal de la Unión Europea– es una medida «valiente» que deberá aplicarse paulatinamente. «Es un cambio de hábitos para la ciudadanía y queremos hacerlo de manera pacífica, tranquila y progresiva. Es un paso más hacia la movilidad moderna», afirma la responsable municipal, que recuerda que la nueva regulación de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos pretende mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones contaminantes para crear una ciudad más saludable y sostenible.
Paralelamente, los expertos consultados por el Diari coinciden en que cualquier estrategia que reduzca el uso del vehículo privado en las ciudades es positiva, aunque admiten que no resuelve todos los problemas de movilidad. Es la tesis que defiende el investigador del Departament de Geografia de la URV, Xavier Delclòs, especializado en movilidad urbana.
No puede ser un “parche”
«La ZBE solo incide en las emisiones de los vehículos, pero hay muchos otros problemas asociados al coche: accidentalidad, ocupación del espacio público, ruido… También hay que recordar que las emisiones no solo provienen del tubo de escape; también existen partículas en suspensión por el desgaste de los neumáticos. Por tanto, la ZBE solo aborda una parte del problema», afirma Delclòs.
En cualquier caso, el investigador añade que existe evidencia científica que demuestra que la restricción de la movilidad reduce la contaminación y mejora la salud, en alusión a estudios realizados por The Lancet y European Transport Research Review.
Además, Delclòs, que dice que el cambio real «no se notará mucho a corto plazo», señala que, para que sea efectiva, la ZBE no puede ser un parche. «Debe ir acompañada de promoción del transporte público, de la bicicleta y de otras políticas. Sola tiene poco potencial de cambio. Es necesaria, pero no suficiente».
En este sentido, la concejala Vázquez recuerda que el despliegue de la ZBE se acompañará de mejoras en la frecuencia de autobuses, más estaciones de la Ganxeta y más plazas en aparcamientos disuasorios en el entorno del perímetro del área restringida. De hecho, actualmente Reus ya dispone de cinco parkings alternativos con más de 600 plazas y próximamente contará con 220 más en el polígono Dyna.
Dudas del vecindario
Con todo esto sobre la mesa, los vecinos también muestran algunas dudas sobre cómo será la puesta en marcha. El presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Reus, Marcos Massó, cree que es «otro problema para entrar en Reus» y duda del área restringida, que considera «demasiado amplia». «Quizás bastaría con limitarse a zonas como el paseo Prim y Sunyer», añade Massó, que reconoce los problemas ambientales, pero también asegura que ya tienen «tantos problemas» que esto «es uno más».
En este sentido, Massó, pese a admitir los problemas ambientales existentes, recalca que la mayoría de la gente «no percibe la contaminación como un problema inmediato» y se muestra preocupado por el impacto que tendrá en el comercio y en los profesionales que no son de Reus y tienen el negocio dentro de la ZBE.
Como réplica, el gobierno municipal, en boca de Dolors Vázquez, afirma que existen estudios europeos que demuestran que «las áreas con menos vehículos generan más actividad comercial, porque hay más peatones».
La amenaza judicial
La afectación económica es una de las preocupaciones de parte de las entidades comerciales. De hecho, es uno de los argumentos por los cuales El Tomb de Reus ha solicitado a los tribunales que detengan cautelarmente la ZBE mediante un recurso contencioso-administrativo.
La entidad comercial sostiene que la ordenanza municipal incumple tres requisitos establecidos por la ley estatal que regula las ZBE: la falta de un estudio económico sobre el impacto de la medida en el comercio local, la ausencia de datos que acrediten que Reus supera los límites legales de contaminación y la falta de justificación técnica del mapa sancionable, que abarca un 34% del núcleo urbano residencial. «No estamos en contra de la ZBE, pero sí de cómo se ha aplicado. La ley obliga a justificar el impacto económico y ambiental, y en la ordenanza no se menciona», señaló Víctor Perales, presidente de El Tomb, en julio en declaraciones al Diari. La entidad comercial insistió el pasado viernes en la solicitud de suspensión cautelar hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se pronuncie sobre los recursos presentados.
El Tomb de Reus no es la única entidad que ha recurrido la ZBE ante los tribunales. El concejal expulsado de VOX Julio Pardo y dos organizaciones de extrema derecha, Liberum e Iustitia Europa, también están haciendo todo lo posible para paralizar su aplicación.
En relación con los recursos presentados, el gobierno de Sandra Guaita se muestra cauteloso. «No me pronunciaré sobre este punto porque está judicializado y hay un recurso en el TSJC. Por respeto a los servicios jurídicos y al proceso judicial, no entraré en ello», responde Vázquez, que defiende que su ejecutivo ha tenido que luchar contra la desinformación.
Por ejemplo, insiste en que las nuevas medidas de movilidad no perjudicarán esta campaña de Navidad, ya que se establece que los vehículos afectados por la fase 3 podrán entrar en el área restringida 24 veces sin necesidad de registrarse. Y solo hay 20 días laborables hasta 2026.
Aparcamientos adheridos
Además, entre otras exenciones y moratorias, el consistorio recuerda que dejar el vehículo en alguno de los siete aparcamientos municipales subterráneos permite acceder a la ZBE y evitar la infracción. Asimismo, cinco aparcamientos privados (Reus Deportiu, Enracha Reus, Prim, El Pallol y Simonet) también se han adherido a la ZBE y funcionarán como exención.
En este sentido, el investigador de la URV opina que cuando se aplican muchas excepciones, es indicativo de que «la política no es la mejor» o «no se está abordando la raíz del problema, que es la dependencia general del coche». Por ello, y como ejemplo, defiende que se debería hacer una gestión «más valiente» del aparcamiento, en referencia a reducir el estacionamiento en superficie.
Ahora bien, Delclòs va más allá y apela a la realidad intramunicipal del Camp de Tarragona, y por ello considera «imprescindible» reforzar el transporte público interurbano y mejorar la intermodalidad. «La ZBE puede tener un efecto, pero en un territorio policéntrico como el nuestro, la clave es la movilidad metropolitana», sentencia.
Una de les senyals que informa de la Zona de Baixes Emissions (ZBE), ubicada a l’avinguda de Països Catalans de Reus.

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