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Redactora de Costa
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Cambrils pondrá en marcha un nuevo sistema para deshacerse de las problemáticas cañas de sus rieras, en especial de las que se acumulan en la riera de Riudoms: quiere que alguna empresa que trabaje habitualmente con este material se haga cargo de cortarlas y extraerlas del lecho a cambio de poder aprovecharlas para elaborar sus productos. La solución comportaría un doble beneficio. Por un lado, el Ayuntamiento no tendría que pagar los trabajos de retirada de las cañas. Por el otro, se ahorraría también el tratamiento de esta vegetación como un residuo, ya que pasaría a incorporarse a la economía circular.
El plan requerirá probablemente un concurso público y el gobierno municipal trabaja a contrarreloj para que pueda implementarse de cara a la próxima primavera. Detalla, además, que la voluntad es incidir en los dos últimos puentes de la riera de Riudoms antes de su desembocadura. Los vecinos del Molí de la Torre, que habían abanderado en los últimos meses la lucha por mantener las rieras al día, se muestran recelosos. «Cuando veamos las cosas, nos las creeremos. Ya no sabemos qué hacer para que limpien las cañas», apunta el presidente de la asociación de vecinos de la urbanización, Carles Bartumeus.
El proyecto lo explicó el concejal de Medioambiente, Enrique Arce, a preguntas de la oposición en el pleno de noviembre, en que recordó que la retirada de las cañas de las rieras tiene «un coste elevado» y lanzó la idea de «cedérselas a una empresa que haga cañizo -tejido de cañas que se usa, por ejemplo, para hacer vallas- decorativo». La voluntad es que esta empresa «corte periódicamente las cañas a coste cero», un par de veces al año, y que el material resultante «se le ceda». La intervención podría hacerse «sin máquinas pesadas» y las cañas «en vez de tratarse como un residuo que genera una coste, se usarían como materia prima». El Ayuntamiento está ahora pendiente de hallar la manera concreta de articular la licitación para materializar esta intención.
En cualquier caso, esta no sería la primera vez que se prueba una solución innovadora en la riera de Riudoms. Justo hace un año, en diciembre de 2024, con una subvención de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) –48.759 euros más IVA, entre este y otros conceptos– en parte del lecho se colocó una lona biodegradable. La lona, de 4.600 metros cuadrados y enterrada a siete centímetros de la superficie, debía tapar la luz y evitar para el crecimiento de la caña americana, en la que radica el conflicto por ser invasora y por su proliferación rápida. Pero la prueba fracasó y las cañas regresaron.
Vecinos del Molí de la Torre grabaron hace pocas semanas, con un dron, la situación de las rieras alrededor de la urbanización para advertir de peligro de inundaciones en caso de lluvias intensas e instar al Ayuntamiento a intervenir. Ahora, Bartumeus lamenta que la riera de Riudoms «está peor que nunca». Y, pese a que no se opondría al nuevo planteamiento de ceder la vegetación a una empresa, afirma que «para creerlo, hay que verlo».