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Es cierto que muchas veces nuestra agudeza crítica se activa ante aquellos fenómenos, planteamientos o filosofías que tienen una adhesión unánime. Sin embargo, con la idea de la amistad no ocurre lo mismo; la aceptación de sus bondades y de que nadie querría vivir sin amigos ha conllevado que pocas veces haya sido cuestionada o repensada. Este es el punto de partida del nuevo libro de Marina Garcés, La pasión de los extraños, un ensayo que coloca sombras en aquello que todos hemos interiorizado como radiante. Sin duda, se trata de un planteamiento provocativo porque, como la propia autora remarca, la amistad (bien entendida) es posiblemente de los pocos reductos de libertad y veracidad que existen hoy día y de las pocas cosas importantes en nuestras vidas que no han sido nunca institucionalizadas.

Es en cierta forma en la Antigua Grecia, de la mano de Aristóteles y Cicerón, cuando se inicia una cierta filosofía de la amistad, considerándola una condición de la vida en la ciudad porque propiciaba la cohesión social. Y es también en este periodo cuando nace tanto el positivismo que la caracteriza como la absurdidad de cuestionarla; así lo ilustra Ética a Nicómaco, un texto aristotélico que es de los primeros en la historia occidental en versar sobre la amistad. Esta absurdidad de su cuestionamiento es la que instaura una tradición clásica en la filosofía sobre la concepción de la amistad que perdura a día de hoy y que, desde las redes sociales o determinados manuales de auto-ayuda, se ha glorificado como principal medida para hacer frente a una temida soledad.

Título: La pasión de los extraños Autora: Marina GarcésEditorial: Galaxia GutenbergPrecio: 18,90€

Otro de los aspectos interesantes del pensamiento de Garcés a lo largo de La pasión de los extraños es que el hecho de poner en tela de juicio la euforia que rodea la amistad, tanto en la cultura popular como en las ficciones (desde novelas, pasando por películas y hasta llegar a series, canciones o videojuegos cuyo tema central es la amistad), implica también maravillarse de lo banal y extraordinario que es tener un amigo. De ahí que una de las principales preguntas que nos hacemos sobre la amistad es: ¿cómo ocurre? Más que plantearnos qué es tendemos a priorizar el relato de por qué tiene lugar con esta y no otra persona. En este aspecto, el libro no se estructura cronológicamente para seguir el pensamiento de la amistad a lo largo del tiempo sino que la autora aborda aquellos aspectos o cuestiones que nos obligan a redefinir determinadas perspectivas unánimes y unívocas. La amistad y el amor, la amistad y el grupo, o el utilitarismo de la amistad son algunos de los puntos de tensión que se abordan tanto a través del pensamiento y experiencia personal de la autora como de la mano de distintos filósofos, como Gilles Deleuze, Giorgio Agamben o Simone Weil, entre muchos otros. En síntesis, el ensayo de Marina Garcés nos invita a pensar qué hay detrás de la certeza de que “hay un amigo en mí”.