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Las autoridades israelíes notificaron oficialmente a la familia de Rinthalak que los restos coinciden con su ser querido, tras concluir el proceso de identificación forense. Rinthalak, que emigró desde Tailandia en 2017 para trabajar en la agricultura en Israel, laboraba en granjas cercanas a la frontera con la Franja de Gaza cuando fue secuestrado el 7 de octubre de 2023, en el marco del ataque masivo de Hamás.
El gobierno israelí anunció que iniciará los trámites para repatriar el cuerpo hasta Tailandia, para que la familia pueda llevar a cabo el entierro. En un comunicado, expresó su “profundo pesar” por la pérdida, extendiendo condolencias al pueblo tailandés, a los familiares del rehén y a todas las familias afectadas por los asesinatos y secuestros.
Por su parte, las autoridades recordaron que aún queda pendiente la devolución del cuerpo del policía israelí Ran Gvili, el último rehén fallecido retenido en Gaza. Según indicaron, Hamás debe cumplir “sus obligaciones con los mediadores” y devolver esa última persona fallecida en el marco del acuerdo alcanzado.
Según las autoridades, la entrega de los restos de Rinthalak marca un paso decisivo: con su devolución, solo resta un cuerpo por recuperar, lo que situaría muy cerca la conclusión de la primera fase del acuerdo de alto el fuego mediado por Donald Trump. En este contexto, Israel ya ha recibido a 20 rehenes con vida y decenas de cuerpos de los cautivos muertos como parte del pacto.
No obstante, la situación en la Franja de Gaza continúa siendo crítica: la población civil —más de dos millones de personas— vive en condiciones dramáticas, muchas desplazadas, hambruna, destrucción masiva de infraestructuras y con la llegada del invierno, en un enclave devastado por más de dos años de conflicto.
El secuestro de Rinthalak se produjo durante el ataque lanzado por Hamás el 7 de octubre de 2023, una ofensiva que dejó alrededor de 1.200 muertos y más de dos centenares de rehenes. Desde entonces, distintos intercambios han permitido la liberación gradual de cautivos y la recuperación de decenas de cuerpos.
El acuerdo de alto el fuego vigente contempla no solo la devolución de los fallecidos, sino también el desarme progresivo de Hamás, la retirada parcial de las fuerzas israelíes y el aumento de la ayuda humanitaria en Gaza.
Sin embargo, esta asistencia continúa siendo insuficiente y las condiciones de vida en la Franja siguen siendo extremadamente precarias, con más de dos millones de personas afectadas por la destrucción, el desplazamiento y la falta de recursos básicos en pleno invierno.