Categoría
Economía
Antetítulo
Consumo
Título
La fiebre por encender la Navidad dispara el gasto público en más de 100 millones de euros
Subtítulo
Las reservas de hotel y las tarifas suben sin freno en las principales ciudades españolas si ya tienen sus luces puestas, llegando a superar el 40% de incremento entre una semana y otra
Autores
Agencias

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Tarragona ha superado los 400.000 euros en las luces de Navidad este 2025, 150.000 euros más que el pasado año.
Tarragona ha superado los 400.000 euros en las luces de Navidad este 2025, 150.000 euros más que el pasado año.
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Hace años, el encendido solía coincidir con el puente de diciembre para impulsar el consumo, pero la carrera por ser la ciudad de la Navidad ha desatado una fiebre por toda España de adelanto y de gasto público: algunas alcaldías destinan hasta el 4% de su presupuesto anual a un mes de luces navideñas. Es decir, este adelanto del encendido no es solo una decisión estética: tiene impacto presupuestario.

En la última década, el gasto en iluminación navideña ha crecido de forma sostenida. El total de este año asciende a 100,6 millones, sumando las adjudicaciones de 138 municipios de una muestra de 153 que incluye capitales de provincia (50 de 52) y municipios de más de 50.000 habitantes (88 de 101). El reparto de esa cantidad, sin embargo, es muy desigual. En volumen total destacan Vigo, Torrejón de Ardoz y Madrid, pero las diferencias se disparan cuando se mira el esfuerzo relativo: algunas localidades superan los 40 euros por habitante y destinan más del 4% de su presupuesto a las luces, frente al 0,1% que representa en las grandes capitales. En ciudades medianas con vocación turística -Vigo, Torremolinos, Vélez-Málaga o Santa Coloma de Gramenet- el gasto por vecino rebasa los 20€.

En algunas ciudades parte del alumbrado no lo financia íntegramente el ayuntamiento, sino que lo pagan las asociaciones de comerciantes con ayudas municipales. En otras, directamente no se ofrece una estimación global del coste porque las partidas están repartidas entre distintos departamentos, lo que dificulta comparar el esfuerzo real entre municipios.

Retorno económico

Datos de la plataforma SiteMinder revelan que las reservas hoteleras y las tarifas se disparan en las principales ciudades españolas si ya tienen sus luces puestas. En detalle, en Madrid los hoteles sumaron un 31% de pernoctaciones y una tarifa media un 6% más alta (hasta 246 euros la noche) al comparar el 5 de noviembre con el 5 de diciembre. En Málaga es más llamativo, con un 40% más de noches de hotel y una tarifa un 2,5% más alta, que alcanza los 253 euros por habitación. Y este es el argumento que más se repite en los consistorios que han disparado la inversión: el retorno económico. Aunque no existe una metodología homogénea para medirlo, muchos defienden que el alumbrado actúa como reclamo turístico y dinamiza la actividad comercial en las semanas previas a Navidad.

Para varias ciudades medianas, las luces se han convertido en una palanca para atraer visitantes fuera de temporada y estimular el comercio local. El problema es que ese impulso no es uniforme: mientras algunas localidades logran un efecto tractor claro, en otras el esfuerzo presupuestario es muy superior al beneficio que pueden generar por su menor capacidad de atraer flujo turístico.

Entre quienes sostienen el efecto positivo destaca Vigo. Más allá de la hipérbole política, el retorno económico está entre 500 y 1.000 millones de euros y el año pasado se registraron 6,3 millones de visitantes, según fuentes del ayuntamiento.

Diferencias entre regiones

La geografía del gasto también marca diferencias: Andalucía concentra varios de los municipios con mayores niveles de inversión; en la Comunidad de Madrid conviven modelos opuestos -desde una capital donde el alumbrado pesa poco hasta ciudades dormitorio como Torrejón o Majadahonda, que figuran entre las que más destinan-; y en Galicia, el liderazgo de Vigo desborda con claridad al resto. También cambia la perspectiva cuando se mide el peso del alumbrado dentro del presupuesto municipal. Para las grandes capitales, el coste es marginal y supera el 1% para decenas de municipios medianos.

Este peso relativo convierte el alumbrado en una decisión estratégica que compite con partidas como cultura, mantenimiento urbano o políticas sociales, y que en muchos casos ha dejado de ser un adorno para convertirse en una apuesta de ciudad.

Planificación estratégica

La magnitud creciente de estas campañas también ha transformado su gestión. Más de 150 contratos -desde licitaciones completas hasta encargos menores por debajo de los 15.000 euros- sostienen el alumbrado navideño. Algunos consistorios planifican con meses de antelación; otros llegan a noviembre sin haber adjudicado aún la instalación de las luces.

Esa falta de margen aumenta el riesgo de que el concurso quede desierto. Cuando ocurre, la normativa permite recurrir a un negociado sin publicidad tras una licitación fallida, invitando directamente a varias empresas para acelerar la solución.

La planificación tampoco se limita ya a una sola campaña. Varios ayuntamientos adjudican la Navidad para los próximos dos o incluso tres años. Y muchos pliegos mezclan la iluminación navideña con otros eventos del calendario: contratos ‘multifiesta’ que permiten a una misma empresa encargarse de todo el ciclo festivo anual, desde los arcos de Navidad hasta las luces de la feria. Este modelo garantiza continuidad para el proveedor y simplifica la gestión para el consistorio, pero también consolida un mercado donde cada vez menos empresas controlan más el sector.