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A raíz de los casos en otros países de la UE, el Ministerio de Agricultura tenía la mirada puesta en la peste porcina africana a inicios de este año. Por eso había pedido a las autonomías una vigilancia activa del virus. El Gobierno solicitaba a las comunidades obtener muestras de cerdos y jabalíes. Catalunya era la región más en el foco y a la que se solicitaban más análisis.
En Tarragona se pedía la obtención de 30 muestras de jabalíes, las mismas que a Barcelona, mientras que en Girona y Lleida la cifra se alzaba a las 60, según los documentos del Programa Nacional de Vigilancia Epidemiológica. También solicitaba al Govern que analizara la salud de 225 cerdos ubicados en 125 granjas.
"El plan de recogida de muestras y diagnóstico de las enfermedades en jabalíes deberá garantizar la trazabilidad de la muestra, de manera que sea posible conocer el animal al que pertenecen y el coto de caza o finca de origen", indicaba el Ministerio.
El documento del Gobierno ya alertaba de los riesgos del virus: "Se considera que esta enfermedad tiene un elevado potencial de difusión de forma extensiva y
rápida a nivel internacional. De hecho, existe un riesgo constante de diseminación de la enfermedad siendo los factores de riesgo más importantes la introducción de carne de cerdo infectada y el movimiento de jabalíes infectados".
España es considerada un paradigma en la erradicación de esta enfermedad que se mantuvo,
por décadas, como endémica en nuestro país